The sacrifice. » l.s

06: 𝐔𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐭𝐡𝐞 𝐠𝐮𝐧

Dedicado a:

NathanaelFitzgerald7

dorithaale

GallagherCinco

CaroStylinson18

mr_mitch_mangoo

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Soundtrack:

Under the gun - The Killers

"She's got her halo and wings hidden under his eyes, but she's an angel for sure."

Antes de abandonar el gimnasio, toma su camiseta y se la coloca precipitadamente. Con los primeros pasos torpes corre fuera del sótano hacia su dormitorio, el último lugar donde Louis se encontraba.

Cuando pasa por la sala principal del hogar, se percata de que debe ser bastante tarde porque la iluminación artificial de la residencia alumbra toda la estancia. Por unos segundos sólo puede pensar en el tiempo que se mantuvo encerrado realizando su entrenamiento sin saber lo más mínimo del exterior.

El pánico de Louis no desaparece, aumentando su intranquilidad y causando que apresure el paso porque comienza a preocuparse por lo que está ocurriendo.

—¡Harry!

Se detiene en seco antes de girar por el pasillo, observando a un histérico Louis, todavía usando su enorme ropa, correr en su dirección. Después, siente que brinca sobre su cuerpo, enredando las piernas en su cadera y aferrándose a él como si fuera una jodida garrapata.

Está tan pasmado por la escena que no es capaz de bajarlo, mucho menos cuando Louis se acurruca en su cuello y le da la sensación de calidez que no era consciente necesitaba en ese momento.

Quiere preguntar qué está ocurriendo cuando ve a Tiberius, su enorme perro siberiano que ronda apenas el primer año de edad, trotando hasta donde ellos se encuentran con la lengua de fuera y la cola sacudiéndose alegremente. Apenas les alcanza, presencia cómo el animal salta contra su cuerpo para jugar con Louis, quien se encuentra chillando incesantemente pidiendo ayuda.

Parpadea, confundido, «¿quién demonios le tiene miedo a los perros?»

—Tiberius, sentado —ordena Harry y su mascota inmediatamente obedece, acomodado sobre sus patas traseras.

Luego de un instante, asegurándose de que Tiberius no reaccione, sujeta a Louis por los costados y lo aparta de su cuerpo, tan fácilmente como si no pesara nada. Lo coloca sobre sus pies en el suelo mientras le dedica apenas una dura mirada al observarlo retorcerse para tratar de huir.

Sin embargo, Louis no parece estremecerse ante sus inspecciones. Le teme más al perro de lo que alguna vez podrá temerle a Harry.

—Cálmate, Louis —ordena.

El nombrado gira su rostro hacia él, revelando el miedo y nerviosismo entremezclados en sus ojos azules. Harry tiene ganas de abrazarlo una vez más, protegerlo aunque no exista una verdadera amenaza.

Se niega rotundamente a ello, porque tiene suficiente con haber corrido a su llamado en el segundo que Louis lo necesitó como para todavía doblegarse a consolarlo.