The sacrifice. » l.s

𝐄𝐩𝐢𝐥𝐨𝐠𝐨

Dedicado a mí por todo el esfuerzo y dedicación que puse en esta historia.

Lo lograste, Damián.

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Soundtrack:

Him & I - G-Eazy & Halsey

"He's out his head, I'm out my mind. We got that love, the crazy kind. I am his, and he is mine, In the end, it's him and I."

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Seis meses después.

Las frías baldosas del baño provocan un brutal contraste de temperatura con el asfixiante calor en su cuerpo. Su respiración es errática a medida que desliza la mano por su dura extensión, ofreciendo caricias estratégicas con ayuda del dedo pulgar que hacen temblar sus rodillas. Mantiene su labio inferior prisionero de sus dientes, intentando evitar que algún patético sonido escape de su boca y lo coloque en evidencia, aunque es probable que los hombres en la sala de reuniones junto a su oficina comiencen a sospechar por su larga ausencia.

"Harry, joder..."

Veinte minutos antes, Harry se hallaba atrapado en una asamblea de negocios con el jefe de narcotráfico holandés para establecer las nuevas rutas de comercio a lo largo de todo Europa. Tarea sencilla, pero sumamente laboriosa por el sinfín de documentos que ambas partes debían llenar antes de abrir una botella de champagne y dar por finalizado el evento. Quizá esa fue la razón por la cual permitió a su cerebro desconectarse un momento del presente, vagando hasta donde Louis se encontraba en su mansión.

La conversación telepática entre ellos inició como una distracción casual, algo que hacían normalmente mientras estaban separados —luego de la ceremonia en la que unieron sus almas, el miedo de perder su vínculo estuvo presente los primeros días hasta que, gracias a la irresponsabilidad de Harry durante las misiones, Louis logró conectarse con él sólo para gritarle—, o cuando se extrañaban demasiado debido a las distancias consecuentes de su trabajo.

Sin embargo, en algún punto su engendro decidió cobrar en venganza algo que él hizo dos noches atrás mientras estaban teniendo sexo —Harry pensó que había sido buena idea dejarlo amarrado a la cama sin atenderle—, y comenzó a manosearse mientras gemía obscenamente el nombre de Harry en su cabeza. Él realmente intentó luchar contra el impulso de masturbarse, clavando su mirada en alguna explicación que su padre daba sobre el comercio de drogas; pero la unión entre sus mentes era lo suficientemente fuerte en ese punto como para soportar la tentación de —literalmente— sentir las manos de Louis sobre su cuerpo, así que terminó excusándose con ir al baño.

«Voy a matarte, Louis. Juro que voy a matarte», se queja penosamente mientras empuja su miembro contra su mano antes de destrozarse en un delicioso orgasmo, apoyando la frente contra el muro para no caer. Está bastante seguro de que Louis también alcanzó el clímax por el modo en la que su respiración se cuela en sus oídos, tan maravillosa que Harry podría cerrar los ojos y asegurar que él se encuentra a su costado.

"No puedes matarme", anuncia socarronamente. Él casi puede ver la sonrisa de su esposo mientras se estira en la cama que comparten como si fuera un precioso gatito mimado. "No eres tan estúpido como para entregar la mitad de tu vida y luego asesinar a esa persona".

Al instante, sus prados se clavan en la zona donde su marca descansa —ahora oculta por las mangas de la camisa blanca—, y sus emociones explotan exactamente igual a la primera vez que la encontró tras concluir el ritual celta orquestado por Liam. Siente la necesidad de alzar la tela para descubrir el tatuaje, empero, se conforma con simplemente menear la cabeza y ocuparse de limpiar su desastre.