EXTRA. SOSH. (1)

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El chico a su lado no paraba de hipar y temblar por el llanto bajo que claramente intentaba ocultar de él, pero era más que obvio que no lo había logrado. Pues, su llanto no se había cortado desde que salieron de aquel bar, ni cuando Devine lo ayudó a sentarse en el lado del copiloto, ni mucho menos cuando arrancó el auto y emprendió el viaje hacia su casa.

— ¿S-sabes? — comenzó hablando de la nada el ojiazul mientras se sentaba derecho. — esto, es lo que me merezco por ser un estúpido que se enamoró de alguien quien ya amaba a otra persona. — Josh no comentó nada, solo dejo que siga hablando. — siempre supe que este día llegaría, que, que Liam volvería de alguna manera u otra y Zayn lo elegiría de nuevo. — sorbió su nariz. — pero... Pero nunca pensé que me dolería tanto como ahora lo está haciendo. Y ¿Sabes que es lo peor? — lo miró, Josh le devolvió la mirada, soltando un sonido de interrogación. — que no es culpa de Zayn, ni de Liam. Es todo mí culpa y me odio por esto.

— no es tu culpa, Seb. — espetó el castaño, girando el volante hacia la derecha, ya a una cuadra de su hogar. — te enamoraste y eso no puedes evitarlo, nunca eliges de quién te enamoras y de quién no. Tampoco si es correcto o un error. Simplemente pasa. — al llegar a su casa, subió la rampa hacia el garaje y estacionó el automóvil del alemán. Apagando el motor, se giró a observar al chico. — duele, duele como la mismísima mierda. Eso lo sé más que nadie. ¿Sabes? Yo siempre he tenido la mala suerte de enamorarme de la persona equivocada, de quién bien sabía que nunca podría estar conmigo. Pero el corazón siempre quiere lo que quiere y este siempre le gana a la razón. No puedes evitarlo. Ahora, se que estas dolido y que también el alcohol que has ingerido está jodiendote el doble. Pero... Tuviste la suerte de que haya estado en el mismo lugar que tú.

— creo que sí, no se en donde estaría ahora. De no ser por ti, Josh. — respondió. — ¿P-podria... Quedarme aquí está noche? No tengo a dónde más ir.

Ladeó la cabeza un poco y mostró una sonrisa.
— no pensaba dejarte ir a ningún lado que no sea mí casa. — respondió. — vamos, necesitas una ducha, un café cargado y una cama caliente en donde dormir.

El alemán intento sonreírle, pero solo una mueca se formó en su rostro.

— vamos, hace frío.

Josh lo ayudó a salir del auto y luego, posando su mano en la delicada cintura del rubio, lo guió hasta dentro de su hogar el cual los abrazó cálidamente.

La casa de Josh no era muy grande, está contaba con la sala, cocina, comedor. Dos habitaciones, un baño y un pequeño ático en donde guardaba cosas innecesarias.

Era pequeña, pero acogedora, ya que solo él vivía allí.

— ¿Quieres el café primero, o la ducha? — cuestionó con cautela.

— creo que la ducha estaría bien primero. — respondió el alemán.

— bien. Te enseñaré donde está el baño.

Ambos caminaron por el pequeño pasillo, donde estaban algunas fotos colgadas en la pared. Vettel observó cada detalle en silencio. Habían algunas fotos en grupo, en las que aparecía el junto al moreno, siempre estaba entre Zayn y, a un lado suyo, se encontraba Devine.

Eso era algo que nunca se había tomado el tiempo de observar, hasta ahora. En cada foto, Josh estaba a su lado.

Siempre había tenido más afinidad con Devine, luego de Harry, él era quien lo trataba mejor.

Josh no era una persona que te demostraría amistad si creía que no lo merecías, siempre fue algo arisco y hasta frío, si querían decirlo así, pero con él, siempre tuvo una tregua, siempre intentó hacerlo encajar, conversandole cuando nadie lo hacía, invitándolo a hablar cuando ni siquiera Malik lo incentivaba.

Josh siempre estuvo ahí, siendo cordial con él y, realmente agradecía que el castaño haya estado presente en el mismo bar, sacándolo de ahí cuando vió que ya no podía más y sin pedirle absolutamente nada a cambio, lo había ayudado, llevándolo a su casa y hospedando lo cuando no le correspondía.

— ¿En que piensas? — cuestionó el castaño a su lado, una vez que llegaron al cuarto dicho anteriormente.

Solo se encogió de hombros.
— nada... Solo... Olvídalo. — respondió. El chico asintió para luego darle indicaciones y decirle que le prestaría su ropa. Una vez que estuvo a punto de irse, Sebastián lo frenó. — uh... Josh.

— ¿Si?

— gracias por ayudarme. Realmente lo agradezco.

Devine sonrió, está vez mostrando sus blanquecinos dientes.
— de nada, Seb. Sabes en donde está la sala, cuando salgas, el café estará listo.

— gracias, Josh.

— no hay de que.

can't stop falling in love. (ZIAM MAYNE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora