Continuación de la historia "Después de la tormenta"
Después de graduarse de la preparatoria y viajar a Tokio para continuar sus estudios en la universidad, ocurrirán nuevos sucesos, conocerán nuevas personas y deberán confiar en el otro más que nun...
Langa llegó a su facultad de Salud, era el edificio más antiguo del campus, como era de esperarse, muchos estudiantes de cursos superiores caminaban por los pasillos con sus batas blancas, cargados de libros o utensilios médicos.
Su primera clase era una inducción de psicología, dónde les entregarían el horario del primer semestre, luego de eso ellos debían elegir los horarios.
Se sentó atrás (le recordaba a sus días de preparatoria con Reki), nunca había sido de los que podían entablar una conversación con alguien, no era tan sociable como su novio.
- ¿Está ocupado? - un chico rubio de ojos azules un poco bajo que Langa le preguntaba si podía sentarse al lado de él.
- Oh no hay nadie, toma asiento - respondió el peliceleste.
- Mucho gusto soy Thomas Collins - dijo el rubio con un tono suave.
- Hasegawa Langa - respondió Langa.
- Disculpa la pregunta pero no pareces japonés - preguntó curioso - ¿De dónde eres?
- Mmm viví en Canadá toda mi infancia y principio de mi adolescencia - respondió Langa.
- Yo soy de Estados Unidos, así que finalmente encontré a alguien que ha sufrido lo mismo que yo - bromeó Thomas.
- Ni que lo digas, aún no sé escribir bien - rió por su confesión.
Durante el resto del día, ambos estuvieron juntos, Langa había hecho su primer amigo en la universidad.
[...]
Al contrario de la facultad de Langa, la facultad de Artes era un edificio moderno, más colorido y alegre, aunque habían estudiantes de años superiores notoriamente demacrado cargando maquetas o algunos con vestuarios complicados repasando sus líneas.
También tenían la primera clase de inducción, pero su salón era mas pequeño y ya habían muchos puestos ocupados, nunca le gustó sentarse adelante, era de los que prefería pasar desapercibido al fondo. Quedaba un puesto disponible al lado de un muchacho que estaba durmiendo apoyado en la mesa.
- Disculpa... ¿Puedo sentarme aquí? - Reki preguntó despacio tocándole el hombro.
El chico levantó su rostro, tenía marcada la manga de su polerón en el rostro, aunque estaba sentado se podía ver que era alto, además de un bronceado digno de competencia de Joe, ojos verde intensos, y pelo negro, su rostro se veía cómo de un chico serio pero al contrario de su rostro, el chico era muy amistoso y le dijo que no había problema, sus personalidades eran similares así que se complementaron bien.
- Soy Kyan Reki, emm vengo de Okinawa y mi pasatiempo es el skate - hizo una pequeña introducción.
- Qué lindo apellido tienes, es cómo Nyan (imitaba a un gato) y ambos somos de lugares lejanos, yo vengo de Nagasaki, mi nombre Yamato... Fukui Yamato y mi pasatiempo es hacer parkour y trekking extremos.
- Wow si que somos parecidos jajaja - reía Reki.
También había hecho su primer amigo.
¿Cómo le estará yendo a Langa? Pensaba mientras el decano de la facultad les hablaba.
Su primer día no fue tan terrible como imaginaban, quería salir y llamar a sus padres para contarles.
Se juntaron en la entrada principal del campus, querían ir a celebrar su primer día de clases.
- ¿Qué podríamos hacer para celebrar? Yo opino que compremos yakoyakis - propuso Reki.
- Yo estaba pensando en otra cosa, ya sabes ahora somos mayores de edad y también independiente, podríamos probar con sake o cerveza - pensaba Langa.
- ¿Acaso olvidaste cómo quedaste en el bar de Joe con la broma de Miya y Koyomi? - preguntó Reki.
- Ese era alcohol destilado para cocinar, obviamente los grados de alcohol son superiores al de una cerveza - corrigió Langa.
- Umm no sería mala idea, podríamos ir probando nosotros ya que con los compañeros igual se sale a beber y no quiero pasar vergüenza embriagándome a la primera - dijo Reki.
- Entonces celebremos así - concluyó Langa.
Compraron varias cervezas de distinto tipo, y unas cosas para acompañarlas.
Ya habían llegado muchas de las cosas que habían comprado para su casa, como su pequeño sofá y una mesa pequeña, también un mueble sencillo donde tenían su televisor.
Tomaron asiento en su nuevo sofá y en la pequeña mesa distribuyeron las latas de cerveza, papitas y otras cosas saladas para ir comiendo mientras tanto.
Comenzaron a beber, pero no habían comido nada contundente desde el almuerzo, por lo que los efectos del alcohol comenzaron a aparecer prontamente. Un calor intenso comenzó a atacar a los muchachos.
- Es idea mia o aumentó la temperatura - Reki comenzó a abanicarse con la mano, luego comenzó sacarse la ropa, quedando sólo en ropa interior.
- Reki... no me tientes - Langa tomó a Reki por las cadenas y lo sentó frente a él, comenzó a lamer y besar su cuello.
- Langa quítate la ropa también, hace mucho calor - le ordenó Reki.
El canadiense obedeció, se sacó su ropa y de paso lo poco que le quedaba de ropa a Reki.
- El sofá es muy pequeño, vayamos a la cama - le decía Reki, pero el peliceleste ya estaba encendido y no quería parar.
Después de varios minutos donde ya habían inaugurado varios rincones de la casa, comenzaron a sentirse somnolientos y cayeron rendidos... La cerveza había hecho su misión.
A la mañana siguiente Reki no sabía si le dolía más la cabeza por la resaca o su cadera. En cambio Langa al parecer era más tolerable a la cerveza que a otro tipo de alcohol, ya que no amaneció con ni una secuela.
Con sus horarios definidos, podían tomar turnos en sus respectivos trabajos, ahora el tiempo que tendrían para verse era mínimo.
Las semanas comenzaron a transcurrir, ambos se acercaron más a sus respectivos amigos, ya se habían adaptado bien en sus trabajos, hasta se habían acostumbrado al engorroso sistema de trenes que poseía Tokio.
Una tarde los compañeros de Langa habían organizado una junta para ir a beber y conocerse más, justamente ese día había quedado sin turno para trabajar, por lo que tenía tiempo, luego su plan era ir de sorpresa a buscar a Reki a su trabajo.
Llegaron al bar, que era un estilo más moderno que tradicional, pidieron varias rondas de cervezas mientras hablaban de sus vidas.
Langa miró la hora en su celular, quería ir a buscar a su novio.
- ¿Ya te vas? Estuviste muy poco tiempo - le dijo Thomas.
- Lo siento, tenía planes de antes - respondió Langa, quien había tomado un par de vasos de cerveza, algunos de sus compañeros ya estaban haciendo payasadas.
Langa de levantó, se despidió amablemente y se fue. El restaurant donde trabajaba Reki quedaba sólo a unas cuadras del bar de donde estaban.
- Podré verlo trabajar, se debe ver tan lindo en su uniforme - pensaba Langa mientras se dirigía al restaurant.
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