Continuación de la historia "Después de la tormenta"
Después de graduarse de la preparatoria y viajar a Tokio para continuar sus estudios en la universidad, ocurrirán nuevos sucesos, conocerán nuevas personas y deberán confiar en el otro más que nun...
Comenzaron a celebrar el cumpleaños, uno a uno se fueron acercando a los muchachos para saludarlos.
- Chicos quiero presentarles a mi novia - Shadow había ido con su gerente.
- Hiromi siempre me habla de ustedes, es un placer poder hablar con ustedes finalmente, la última vez los vi en el hospital cuándo atacaron a Hiromi - les comentó con una voz muy dulce.
- El placer es nuestro - dijeron ambos.
- Siento que Langa creció estos últimos meses - dijo Joe quién se había parado al lado de Langa
- ¿Tu crees? - Langa se comparaba con Joe.
- Si hijo, estás más alto y tienes más cuerpo... Ya no eres mi bebé Langa - Nanako llegó por atrás y abrazó a su hijo - ¿No te molesta el pelo tan largo?.
- La verdad es cómodo - respondió Langa.
- Ustedes aléjense, están muy cerca - Reki estaba separando a Miya y Koyomi.
- O qué... ¿Te pondrás a llorar? - se burló Miya con cara de gato.
- Miya no molestes a mi hermanito, yo igual lloré cuándo lo vi - dijo Koyomi.
- Igual podrían hacerse un tiempo y viajar de vez en cuándo, se les extraña - Cherry los estaba regañando.
- ¿Y cómo les ha ido? - Preguntó Ainosuke mientras bebía una copa de vino.
- Estresante, universidad más trabajo igual a no tener vida - respondió Langa.
- Uno de los días que Ainosuke-sama esté en una reunión, iré a verte a tu trabajo Reki, tengo curiosidad por verte en tu traje de mesero - comentó Tadashi.
- ¿Ah? - dijo Langa al escuchar el comentario de Tadashi
- ¿Ah? - respondió riendo Tadashi.
- Siii, y te regalaré un postre - respondió Reki.
- Tú ya habías visto a los chicos hace poco ¿Verdad Oka? - le preguntó Masae.
- Si, estuve un fin de semana acá en Tokio y fuimos a almorzar a un restaurant de sushi - respondió Oka.
Compartieron hasta muy tarde, era hora que se devolvieran a Okinawa.
La despedida no fue triste, porque se verían en un par de semanas en el casamiento del gerente Oka.
Ya todos se habían ido, estaban limpiando y ordenando la casa, después de las celebraciones siempre queda la peor parte que es la limpieza.
Mientras Reki levantaba los vasos y platos que quedaron esparcidos en la casa, Langa lo abrazó por la espalda y comenzó a besar su cuello.
- ¿Eso significa que me darás mi regalo de cumpleaños? - preguntó Reki coquetamente, hace días que no habían tenido relaciones, el cansancio y el poco tiempo les había pasado la cuenta.
Langa volteó a Reki hasta quedar cara a cara, lo volvió a abraza y comenzó a bajar sus manos hasta llegar a las nalgas del pelirrojo, las apretó fuertemente y lo acercó hacia el, mientras se frotaban comenzaron a besarse.
Avanzaron hasta la habitación, mientras desistieron en el camino, cuándo llegaron a la cama ya se encontraban totalmente desnudos.
- Langa, primero vamos a ducharnos ¿Si? - Reki había puesto su mano en la boca del peliceleste para calmarlo.
- Siempre me haces lo mismo, me paras cuando estoy listo - se quejó Langa.
- Es que... Quiero estar limpio - respondió Reki sonrojado.
Aún no estaban completamente secos, pero Langa ya no quería esperar, tomó del brazo a Reki y lo llevó a la habitación.
[...]
Las semanas seguían pasando, tantos trabajos, estudios para exámenes, exposiciones, presentaciones y lecturas los tenían agotado, tanto física como mentalmente.
Reki debía terminar un gran proyecto para finalizar el semestre, el cual sólo podía avanzar durante la noche, por lo que bebía café y bebidas energéticas para poder soportar toda la noche despierto.
Langa lo acompañaba lo que más podía, leyendo a su lado pero el canadiense no tenía tanto aguante y se quedaba dormido al instante, el ya había aprobado todos las materias, sólo quedaba el exámen final de Reki.
La mesa del comedor estaba llena de materiales de dibujos y muchos papeles arrugados.
Reki siempre amó dibujar y pintar, pero la presión por hacerlo por una buena calificación y además era la final del semestre lo tenía al borde del colapso.
- Langa... Langaaaa - Reki movía a Langa para despertarlo.
- Oh disculpa me dormí ¿Terminaste? - preguntó Langa mientras se frotaba los ojos.
- Necesito salir un rato, tomar aire... Vamos a patinar un rato.
- Reki... Son las cinco de la mañana... - Langa volvió a cerrar sus ojos.
- Oh vamos, necesito inspiración - decía Reki mientras movía al canadiense.
- Bueno, pero abrigate - Langa se levantó a buscar su chaqueta.
Patinaron por los barrios, no había nadie en las calles, todo estaba en silencio excepto el sonido de las ruedas de sus Skate. Estaban a fines de Agosto, quedaban semanas para que comenzara el otoño, las noches ya eran más frías.
Llegaron a un mirador, se veían los edificio y las autopistas, las luces de los autos daban una bella postal.
- Reki... Te irá bien, tranquilo - Le dijo Langa y abrazó fuertemente a su novio.
- Gracias por los ánimos, necesito entregar luego esto y así poder descansar, me llega a doler el estómago de los nervios - Reki apretaba su abdomen.
Iban de regreso a casa cuándo Reki tuvo que detenerse un momento por una puntada en el estómago.
- ¡Reki! ¿Qué sucede? - Langa se devolvió a ver a su novio.
- Puntada - respondió Reki, mientras tomaba aire.
- Te lo dije Reki, estabas excediendote con la cafeína - Langa estaba molesto y preocupado - vamos te dejaré en la casa, yo iré a una farmacia a comprarte algo.
Reki volvió a la casa a terminar su trabajo, mientras Langa iría a comprar alguna medicina.
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