Capítulo 15

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Cebada

Era tan idiota. Idiota, idiota y más idiota. ¿En qué rayos estaba pensando cuando decidió beber como si fuera el último día de su vida? Su cabeza dolía a horrores y el cantar de los pájaros no era mágico ni encantador como pintaban en las odiosas películas románticas. Ni siquiera quería pensar en el dolor agudo que tendría al toparse con la luz del sol mañanero.

Abrió los ojos perezosamente y observó con cuidado el techo sobre él.

Claro, ahora mismo no estaba en su habitación.

Los sucesos de la noche anterior lo golpearon como si se tratase de un saco de boxeo. Incluso la razón por la que había decidido beber en un principio le golpeó duramente en la cara, ¡era ridículo!

Suspiró con malestar, giró su cabeza unos cuantos centímetros y su rostro se relajó inmediatamente. Ahí estaba, durmiendo plácidamente con esos cabellos revueltos que eran muy usuales en él, además de abrazar con fuerza una de sus almohadas, podía notar un hilo de saliva que caía de esos labios entreabiertos.

Era una penosa y terrible posición para dormir, y probablemente se burlará de él más tarde cuando se lo recuerde. Aun así, deseaba ser esa almohada que sus brazos y piernas sujetaban con tanto ahínco.

Sasuke se dio la vuelta para quedar cara a cara con la persona que le gustaba. Suspirando más calmado se quedó así, parecía que verlo había disminuido lo terriblemente mal que se sentía respecto a su borrachera.

Arrugó la frente mientras analizaba el rostro de Naruto; piel bronceada, facciones marcadas y ciertamente unas lindas pestañas. Se fijó en sus labios, la curiosidad lo abrumó.

¿Serán suaves, descuidados, inexpertos o...?

Sasuke sacudió la cabeza inquieto, con la esperanza de que sus descuidados pensamientos no siguieran cruzando la línea. Bajó la mirada y se quedó ahí por un tiempo. Parte de sus clavículas eran visibles por lo floja que era la camisa con agujeros que usaba para dormir. Como si se tratara de un hechizo, se quedó hipnotizado mientras veía con atención, ¿su piel se sentirá tan suave y tersa como se ve?

Sasuke suspiró frustrado, estaba vagando profundamente por su imaginación y de no ser por los bruscos movimientos de Naruto, quizás habría terminado por cruzar la línea. Los nervios lo consumieron y no sabía qué posición tomar, la persona a su lado estaba despertando poco a poco mientras abrazaba con más fuerza la almohada, siendo lo único que los separaba en la cama estrecha que compartían.

Pero tan pronto como la escandalosa alarma sonó, Sasuke se sobresaltó por el agobiante dolor de cabeza y cayó de la cama, causando un golpe seco contra el suelo de madera; un alarmado y somnoliento Naruto se levantó con prisa mientras bostezaba.

Estiró sus brazos tanto como pudo y en eso escuchó un susurro lleno de improperios; eran maldiciones no sólo por causa del dolor de espalda, sino también por las consecuencias de beber irresponsablemente la noche anterior. Naruto frunció el ceño tardando en asimilar lo que estaba pasando, y cuando por fin se dio cuenta de que Sasuke no estaba en donde lo había dejado la noche anterior, se acercó rápidamente por encima de su colchón.

—¿Qué haces ahí?—preguntó, mirándolo desde arriba.

Las sábanas habían caído con él, enredadas entre sus piernas. Sasuke lo observó desde donde estaba, preguntándose si siempre que Naruto despertaba, los ojos de este se miraban más azules de lo normal.

—Eres muy torpe cuando duermes, ¿lo sabías?—con dificultad se sentó y sostuvo su cabeza a causa del dolor.

Naruto resopló y frunció los labios cual niño pequeño—. Si alguien no hubiera bebido como idiota, quizás estaría durmiendo cómodamente en su cama.

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