Capítulo 31

750 104 19
                                    

Pasado

Sasuke abrió los ojos lentamente, se sentía bien. Aunque no tanto como quisiera, porque Naruto no estaba a su lado, pero el delicioso aroma de un desayuno en proceso le hizo olvidar esa pequeña molestia. Él seguía ahí.

Revisó la hora, frunció la frente de inmediato al notar que tenía tiempo de sobra para prepararse antes de ir a trabajar. Pensó que con los desgastes de los últimos días iba a generar algún tipo de estrés postraumático tan grave como para no tener ganas de levantarse de la cama, pero ahí estaba, en perfectas condiciones para empezar el ajetreo laboral.

Se duchó, se vistió, secó su cabello y salió de la habitación asegurándose de que llevara consigo sus llaves y billetera. Naruto se encontraba de espaldas echándole el ojo a algo que estaba en la estufa, llevaba puesto ese mandil rosa que le hacía recordar varias cosas, y además de su usual cabello rubio despeinado, seguía vistiendo la cómoda ropa que le había prestado para dormir. Sasuke se acercó sigilosamente y le dio un pequeño beso en el cuello, haciéndolo sobresaltar del susto.

—Buenos días—susurró con el mismo tono apagado de siempre.

Naruto se giró y le miró de esa forma, esa linda forma en la que quería parecer enojado y realmente sólo se veía más tierno que enfadado.

—Dios, no me asustes así—le dio un golpecito.

Sasuke evitó sonreír—. ¿Qué estás haciendo?

—Como sabrás—empezó con un tono presuntuoso—. Estoy tomando clases de cocina.

—Por tu cuenta—hizo énfasis, se recostó ligeramente en el mesón de la cocina, se cruzó de brazos y observó a su novio con interés

Naruto hizo un puchero—. Por mi cuenta—repitió, haciéndole ver que su tono burlón le era indiferente—. Como sea, están dando frutos. He preparado nuestro desayuno.

Lo último lo dice con tanta emoción que a Sasuke le es imposible no sonreír. Arroz, sopa de miso y encurtido de verduras fueron puestos en la mesa en cuestión de minutos, olía delicioso. Agradecieron por la comida y pronto empezaron a comer, aunque Sasuke estuviera disfrutando de su primer comida del día, no podía concentrarse debido a lo fascinado que se encontraba a causa del momento. Naruto se veía encantador en su cocina, con su ropa puesta, con ese mandil viejo color rosa, con su cabello hecho un desastre y con las mejillas rellenas cual ardilla mientras comía.

—Sasuke...

—Naruto...

Ambos hablaron al mismo tiempo, se miraron por un segundo y sonrieron tímidamente a pesar de todo el tiempo que ya habían compartido juntos.

—Tú primero—dijo Sasuke.

Él se veía nervioso, sus mejillas de pronto adquirieron un tono salmón y su mirada bajó evitando contacto con la suya.

—Sobre vivir juntos...

El pelinegro esperó atento a sus palabras.

—¿Crees que sea buena idea quedarnos con tu departamento o con el mío?

Un suspiro de alivio se dejó escuchar. Sasuke relajó los hombros y cierto brillo de emoción resaltaba en sus ojos.

—¿En dónde te sientes más cómodo?—preguntó antes de llevar un poco de comida a su boca.

—¿Qué hay sobre ti?—Naruto lo miró fijamente.

—Estaré bien en cualquiera de los dos, siempre y cuando estés ahí conmigo.

Y ahí iba de nuevo...

Seguía sin poder creer que había soltado nuevamente algo tan cursi, pero atribuyó su comportamiento exclusivamente a Naruto y cómo este le hacía sentir. Así que sí, le estaba echando la culpa al rubio revoltoso, cuyo rostro seguía de un leve color salmón. Sus pensamientos a veces le seguían pareciendo un misterio, resultaba gracioso incluso para él mismo saber lo poco emocionado que se veía su rostro diciendo palabras tan dulces como esas, pero esperaba que Naruto pudiera saber que cada palabra que le dedicaba era con el amor más pleno capaz de reconocer y entregar solamente a él.

Sunflower Donde viven las historias. Descúbrelo ahora