Capítulo 28

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Reconocimiento

Los invitados empezaban a llegar uno por uno, y si Naruto pensaba que las vestimentas de la noche anterior ya eran caras, ahora sí que estaba seguro de que ni siquiera renaciendo mil veces podría usar algo como eso. Alguna que otra mirada se posaba en ellos, para luego susurrar entre sonrisas burlescas y fingir como si nada estuviera pasando. De no ser por Sasuke, Naruto ya se habría lanzado hacia a esas personas para preguntarles cuál era su maldito problema.

Pero cada vez que estaba a punto de dar un paso, Sasuke sostenía su mano con firmeza mientras le miraba con esa típica reserva y advertencia en sus ojos. Eso le hacía abultar los labios con impaciencia.

—Míralo de esta forma—intentó de nuevo persuadirlo, queriendo ir a patear algunos traseros Uchiha—. Es como en la escuela, yo haré que los matones dejen de meterse contigo.

Naruto le sonrió, pestañeó y le suplicó.

Y aunque estaban a la vista de todos, a Sasuke no le importó devolverle una sonrisa que parecía estar burlándose de él, pero era todo lo contrario; estaba fascinado con la idea de Naruto defendiéndolo tan ferozmente.

—Eres adorable—susurró, acercándose un poco a su rostro—. ¿Puedo besarte?

—¡Sasuke!—exclamó—. Estoy hablando en serio—formó otro puchero.

—No fui acosado en la escuela, Naruto—explicó, tratando de hacerle entender—. A menos de que se metan contigo, no haré nada al respecto.

Y con el rostro rojo por la timidez, Naruto suspiró rendido, al menos por ahora iba a intentar ignorarlo. Observó el panorama con atención, estaban alejados del tumulto de personas, involucrándose lo menos posible con los invitados. Cerca de la mesa donde se encontraba el pastel de bodas, algunas copas de champagne, caviar y más delicias en tamaño miniatura. Un banquete entero para la humilde ceremonia que se estaba celebrando con tanta alegría.

Era ridículo.

Eso era lo que aquella vocecita en su cabeza le decía, Sasuke viró los ojos en signo de agobio al divisar a un par de molestias acercarse a ellos, las sonrisillas maliciosas se hicieron presentes de inmediato. No sabía qué resultado esperar, en el pasado nunca quiso defenderse de aquellas palabras, porque en un momento dejó de importarle lo que su círculo familiar pensara de él; pero Naruto no era así, nunca pretendería hacer caso omiso e ignorar el problema.

—Tú debes ser Naruto.

El instinto de Sasuke le ordenó interponerse entre ellos y protegerlo, pero el rubio asintió mientras optaba una postura de alerta. Quizás en el fondo había decidido dejarse llevar por la impresión que tuvo de Fugaku y todas esas miradas que los juzgaban adonde sea que fueran, aunque lo sentía injusto, porque Itachi y Mikoto nunca fueron malintencionados con él en ningún momento.

—Soy Uchiha Shisui—se presentó—. Al tonto que ves aquí es Obito—recibió una mirada de enfado y un codazo por parte del mencionado.

Pero esta vez fue Obito quien habló—. Somos algo así como primos de Sasuke.

—¿Primos hermanos?—Shisui lo dijo con duda—. ¿Lejanos?

—Primos hermanos lejanos—Obito chasqueó los dedos, como si hubiera encontrado la respuesta correcta.

—¿Qué es lo que quieren?—Sasuke interrumpió tanta palabrería tonta.

Ambos se vieron con una sonrisa, se encogieron de hombros y miraron a la pareja con curiosidad—. Sólo queríamos confirmar lo que dicen todos.

Sasuke alzó una ceja, no sabía qué esperar. Era cierto que todos ahí parecían ponerles más atención de la debida, como si Itachi y Deidara pasaran a segundo plano; porque en el momento en que pisaron el jardín de aquella casa, él y Naruto se convirtieron en la atracción principal del evento.

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