Capítulo 20: Te esperaré

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"La vida no siempre es bella. También es dura y a veces te cansas."

Anónimo

Si alguien hubiera dicho lo que pasaría, posiblemente todos se hubieran reído. 

Shinichi Kudo y Shiho Miyano, eran la pareja perfecta, aún siendo la más dispareja de todos sus amigos.

Pero la vida no es todo miel sobre hojuelas, después de la cirugía, todos los amigos de la pareja y familiares esperaron pacientemente para que el doctor les diera una noticia sobre el estado del paciente.

Cuántos desearían que ese momento no hubiera llegado, el cerebro de Shinichi Kudo entró en shock y en esos momentos se encuentra en coma, sin ninguna esperanza que despierte.

Todos estaban enloquecidos por eso, muchos lloraron, otros gritaron e incluso maldicieron a dios por tratar de llevarse a ese hombre que nada más ha hecho bien a la sociedad.

Pero hubo una persona que no hizo nada de eso, su esposa y madre de su esperado hijo, Shiho Miyano. Ella solo se quedó sentada mirando a todos.

—¡¿Cómo puedes quedarte tan tranquila?! ¡¿Shinichi está en coma, por ti?! —exclamó furiosa Ran.

La rubio-fresa sonrío levemente. —Él estará bien, estoy completamente segura, cuando despierte estaré esperándolo junto a nuestro bebé. 

Ella sólo se quedó allí consolando a Ayumi y Miyu que no paraban de llorar junto a Akako, que la ayudaba. Los hombres solo se quedaron allí viendo deprimidos o con el ceño fruncido a la mujer de los sueños de su gran amigo, se lamentaban de muchas formas lo sucedido.

Sonoko consolaba a Ran, que después de las palabras de nuestra protagonista empezó a llorar a cantaros, está por igual vigilaba a Shiho, sabiendo muy bien que ella estaba guardando cada uno de sus sentimientos en ese momento.

El día siguiente llegó sin demora, un perfecto y tranquilo día. Un viento ligeramente frío, pero aún así se oía a los pájaros cantar a la distancia, era un perfecto día para pasear o incluso quedarse en casa para un día entero de películas.

Lastimosamente no era así para una casa en específico. Apenas los ojos verdes esmeralda de Shiho se abrieron, miró a su lado para encontrarse en soledad, un frío en su pecho se instaló y lágrimas empezaron a caer una por una, hasta que ya no pudo más. Las lágrimas se abrían camino por sus mejillas rojas, y sin darse cuenta sus sollozos se volvieron en gritos desesperanzados al darse cuenta que su amado… no estaba con ella.

Una mujer de cabello castaño y ojos azules, terminó por cambiar el último punto, por tres puntos suspensivos.

Akemi

Di un suspiro escuchando como mi hermana seguía llorando sin parar, no me atrevía a decirle nada, no era capaz de encontrar palabras para consolarla. Además de que su historia había encontrado el peor final, no era ni capaz de imaginar un final feliz para esa historia, tampoco era capaz de escribirla porque mi hermana tampoco tenía uno.

Una llamada me despertó de mis pensamientos, atendi con un suspiró al ver quién llamaba.

—¿Diga?

—Estoy esperando tu grandiosa historia, ¿dónde está? —me preguntó mi editor.

—No hay. —murmuré con dolor.

—¿Qué? —preguntó desconcertado.

—No hay historia, no puedo darle un final apropiado, incluso si dejo su trágico final… no sería capaz de darle ese sufrimiento en quienes me inspiré. —le contesté consternada, aún dolida con los sollozos que aún lograba escuchar desde allí.

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