Capítulo 1: Club de Fotografía.

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"Alguien dijo: Si pudiese darte un deseo, sería que fueses capaz de verte como yo te veo a ti, porque entonces te darías cuenta de lo especial que eres."

Anónimo.

Shinichi

Estoy molesto, no, más que molesto, por favor, puedo trabajar como un detective sin necesidad de terminar mi semestre, ¿quieren saber el por qué de mi molestia?, pues resulta que a pesar de estar a punto de terminar mi último semestre en la universidad tengo que obligatoriamente asistir a un club.

¿Por qué rayos tengo que entrar en un club?, ¡eso es lo que he estado evitando desde que empecé a estudiar y ahora me salen con esto!

Solté un resoplido, mientras buscaba aburrido un club que por lo menos sea interesante, con pocas personas, no me malentiendan... me agradan las personas, pero si voy a utilizar mi tiempo de descanso para algo, que por lo menos esto sea más privado de lo normal, no quiero tener que interactuar y explicar cosas, como lo hago habitualmente cuando estoy con las demás personas, no si no es algo que tenga que ver con Holmes, o con ser detective.

Di un suspiro exasperado pensando en este problema, cuando de pronto vi por el rabillo de mi ojo derecho un extraño y hermoso color de cabello, justo cuando me iba a voltear para descubrir quién era, alguien toca mi hombro haciendo que me sobresalte, sintiéndome como si me hubieran descubierto a punto de hacer una travesura.

—¿Pero qué te pasa?, ¡Lunático! —preguntó una chica de cabello castaño claro.

Ni siquiera sé por qué siempre anda conmigo, es Sonoko Suzuki, la amiga de mi amiga de la infancia, Ran Mouri, aunque ella también se crio con nosotros me niego rotundamente a llamarla amiga.

—¿Y? —volvió a preguntar amenazadoramente con una mueca en su cara.

No le di importancia y busqué por todos lados para ver si encontraba ese cabello que había visto anteriormente, antes de que la irritable chica me interrumpiera en eso tan importante que estaba haciendo.

—¡Ves a lo que me refiero con que es un imbécil! —su voz expresaba desagrado, aún así no le presté atención, ya que no logré encontrar lo que tanto quería... se había ido ya.

—Tranquila, parece estar buscando algo. —respondió una voz amigable, recién note su presencia, y comprendí a quién le estaba hablando la castaña clara, al ver a Ran, salir detrás suyo. —¿Qué buscas Shinichi?

—Eh... yo... —mi mente permaneció en blanco, ni siquiera yo sabía qué buscaba, después de todo, no estaba seguro de si era o no la persona que yo pensaba.

—No es nada. —terminé respondiendo desanimado.

Las dos chicas se miraron pero no le dieron importancia, no era la primera vez que me veían actuando así de extraño, aunque creo que nunca han descubierto que es lo que me pasa.

—Entonces, ¿qué haces? —me preguntó con curiosidad Ran, manteniendo su usual amabilidad, ocultando sus verdaderos pensamientos.

Las miré a ambas, sabía que no me dejarían en paz, tendría que responderles sí o sí.

—El director me dijo que tengo que entrar en un club. —dije cansado antes de tirarme encima del escritorio que utilizaba, moviendo mis cosas hacía a un lado pudiendo así recostar mi cabeza y descansar un poco.

—Podrías entrar en uno de nuestros clubes. —habló la castaña con una sonrisa divertida.

De verdad que de alguna forma me hace odiarla, pero supongo que debo presentarla correctamente, esa chica de sonrisa de superioridad es Sonoko Suzuki, se podría decir que es una niña "rica", de ojos azules y cabello castaño claro, la única cosa que me agrada de esa chica es el hecho de que aunque tenga dinero no hace que se comporte como una diva, aunque eso no quita mi pequeño odio hacia ella, estudia Contaduría para ayudar en el negocio familiar, su club es el de arte, por extraño que parezca esta chica sabe dibujar.

Como AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora