Capítulo 6: Descubiertos

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"En un mes una persona puede hacerte sentir lo que otra no consiguió en años, porque es cuestión de química, no de tiempo."

Anónimo.

Shiho

Vi como Shinichi se fue, perdiéndose en la fiesta, di un suspiro resignada.

No debería estar aquí, pero... no es tan malo, si es con Shinichi. —pensé. —Ese chico me pone como tonta. —volví a pensar con una sonrisa en mis labios.

—Uh, ¡Que linda! —dijo en un susurro un chico cerca de mí, dándome un escalofrío de desagrado.

Lo miré con el ceño fruncido. —Solo hay idiotas aquí. —pensé con incomodidad.

—No puede ser, la genio de criminología. —preguntó asombrado uno de los chicos.

—Algún problema. —respondí volviendo a mi habitual yo, tranquila y sarcástica.

—Uh, quién diría que podrías verte tan hermosa. —dijo el último imbécil que estaba cerca mio.

Al escuchar decir eso, fruncí el ceño. —Que molesto.

Ignoré a los tres, cuando sentí como uno me jalo el chaleco, juntando mis brazos tras mi espalda, por más que trataba me era imposible moverlos, el otro me agarró del hombro dándome la vuelta.

—Que sexy. —dijeron en unísono los tres idiotas.

—¡Púdranse! —grité con todo el aire de mis pulmones, que hizo eco en la sala ya que justo se cambió de canción.

¡¿Qué les pasa a estos cavernícolas?! —pensé molesta.

El último chico me agarró el cabello haciendo que lo mirara, solo podía ver esa sonrisa ladina que me asustaba cada vez más, de repente el chico que me tomaba del cabello cayó al piso.

—Hahaha, siempre quise hacer eso. —dijo un chico moreno, de ojos verdes, el chico que acaba de golpear al otro, sin embargo los otros dos me mantenían sujeta, esta vez cada uno en mis brazos.

—¿De verdad? Yo también. —dijo una voz muy conocida por mí, volteé a mirarlo y noté como mantenía una sonrisa, pero podía sentir toda su molestia, antes de que me diera cuenta golpeó a uno de los chicos y me abrazó por la cintura, sin antes arreglar mi chaleco.

Esto es vergonzoso. —pensé.

Dos chicos más aparecieron, agarrando a los chicos que me acababan de soltar, uno de cabello negro revuelto y ojos violetas, el otro con aspecto inglés de ojos castaño claro.

—Nosotros nos encargamos, te puedes ir. —volvió a hablar el moreno con una sonrisa petulante, igual a la de los otros dos.

Shinichi me jalo y me sacó del lugar, no me dijo nada y me empujó delicadamente al auto y arrancó sin más.

—S-Shinichi. —pregunté preocupada por el silencio que mantenía, él no decía nada y eso me asustaba, él siempre me hablaba de algo y si no era así mantenía un silencio cómodo... ese silencio cargado era extraño para ambos.

No dijimos nada en el trayecto a casa, por más que trataba de iniciar una conversación él no me contestaba, mantenía su mirada fija y seria al camino.

Duele. —escuché en un rincón de mi mente.

Llegamos a mi casa y me acompañó hasta la puerta, no dijo nada y yo tampoco tenía ganas, llegué a la puerta y tomé el pomo de la puerta, cuando...

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