Estoy cansada de ese chico, sus ojos me miran como si me comprendiera, como si viera mi alma, me siento vulnerable, todos los escudos que construí fueron derribados antes de que me diera cuenta... yo... lo odio.
No pude evitar cautivarme por sus ojo...
“El amor es doloroso, pero es imposible dejar de sentirlo”
Senii.
Dos chicos iban en un carro, Shinichi manejaba, mientras Shiho iba de copiloto tomando un par de fotos desde allí, el paisaje era tranquilo adonde quiera que miraran veían árboles adornar la carretera.
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—Te gusta mucho tomar fotos, ¿no? —preguntó el chico viendo de reojo a la chica emocionada a su lado.
—Me encanta... es lo único que no cambia, las fotos capturan momentos que jamás cambiarán, se quedan grabadas para siempre a quien los miren... —dice con un tono bajo y ligero dolor.
—Los recuerdos también quedan para siempre... —habló el chico tratando de subirle el ánimo, podía sentir el dolor que estaba sintiendo la chica.
—No... —respondió en un susurro de dolor. —Algunos recuerdos cambian, otros desaparecen... las fotos jamás lo harán.
El chico sintió como su corazón se apretaba con lo que decía la chica, pero él quería subirle el ánimo aunque sea un poco.
—¿Qué hay del amor? —respondió suavemente, con ternura quería mostrarle que sí había algo que sí dura, que sí permanece.
—Debes estar bromeando. —dijo con un tono apagado. —El amor es el sentimiento más desagradable y más traicionero del mundo, es un virus que todo el mundo se infecta... el amor sólo trae desgracias... que más se puede esperar... cuando es darle a alguien una pistola y darle la espalda, esperando que no te disparen…
El azabache sintió como un cristal se rompió en sus oídos y como algo se quebró en su pecho, se estacionó suavemente para que la chica no se sobresaltara, aún cuando sentía el corazón en la mano.
—De todos modos... quién se enamoraría de una chica tan extraña como yo… —ella nunca lo miró, solo se fijo en el exterior y se bajó sin siquiera mirarlo, él también bajó con un nudo en la garganta al verla alejarse.
—Yo lo haría… —dijo alzando la voz para que ella escuchase.
Shiho no dijo nada solo se quedó allí… estática, el chico se acercó, tenía miedo de decir algo que arruine la relación que apenas había logrado construir, pero no podía evitar sincerarse.
—Me gustas. —volvió a hablar cerca de ella, solo estaban a unos pasos, pero ella seguía de espaldas, tenía miedo, no quería verlo para nada.
—No bromees. —dijo en un hilo de voz que él apenas logró escuchar.
—No lo hago... —le respondió siguiéndole el tono. —Me gustas...
Ella en un movimiento rápido se volteó y lo abrazó fuertemente, él estaba sorprendido no sabía qué hacer... cuando sintió algo húmedo en su suéter.
