"Amor, cuatro letras que marcan tu destino. Cuatro letras que te invitan a soñar. Cuatro letras que te dicen que estás vivo, aunque para muchos estas muertos."
Anónimo
—¿Que? —soltó confundida Shiho, con lo que acaba de escuchar del doctor.
—Yo… ella, nosotros… —balbuceo emocionado Shinichi, sus manos temblaban como si de gelatina se tratara, antes que pudiera articular otra cosa se desmayó, cayendo en la silla donde hace segundos estaba sentado pero debido a la emoción se levantó, tal como si fuera sido noqueado por un dardo anesteciante, aunque obviamente sabemos que eso es ilógico, ¿o si?
El doctor se exaltó y se acercó al hombre para comprobar que estuviera bien, por suerte así era.
—Espere un momento… me está diciendo que… —habló la oji-verde tratando de comprender la situación.
—Así es, Señora Kudo, usted está embarazada. —afirmó el doctor con una sonrisa amistosa al notar que el esposo estaba completamente bien.
—¡¡Oh, Mierda!! —exclamó sorprendida.
Si ella pudiera decir algo sobre lo que sentía, no estaba completamente segura, se sentía feliz y emocionada, al mismo tiempo sentía miedo y terror.
¿De verdad iba a tener una familia con el amor de su vida? ¿De verdad iba a tener un hijo con Shinichi?
Cuando Shinichi recobró la conciencia, se encontró a su esposa llorando a mares y un doctor tratando de calmarla sin éxito alguno, el pobre doctor estaba muy nervioso al ver a la mujer así.
—¿Shiho? —la llamó su esposo sorprendido, era la primera vez que la veía llorar enfrente de alguien, que no sea él o su hermana.
—Shini… yo… bebé… —balbuceo entre sollozos.
El azabache la miró dulcemente, antes de acercarse y abrazarla de forma protectora.
—Lo sé, tendremos un bebé, seremos uno más en la familia. —le murmuró suavemente acariciando su cabello. —Tendremos que pensar en comprar cosas para bebés. —le volvió a decir levantando su mirada para que conecte con la suya.
Está le devolvió la sonrisa, aún con las lágrimas cayendo de sus mejillas. —Si, tendremos que decirle a los demás.
—Si, espero que no enloquezcan mucho. —le respondió.
A un metro de ellos, el doctor daba un suspiró al ver cómo una nueva familia se formaba, estaba preocupado al pensar que ninguno quería a esa bebé en camino.
—¿Eh? —dijo estupefacto Hattori, un moreno de ojos verdes dejando caer los papeles que revisaba en su mesa.
—Esperen un momento… estas… —le siguió Hakuba, el hombre con aspecto Inglés de cabello castaño y ojos castaños, en frente de este, estaban trabajando en ese extraño caso por lo que ahora pasarían mucho tiempo juntos a pesar de que peleaban demasiado.
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Como Amar
Fiksi PenggemarEstoy cansada de ese chico, sus ojos me miran como si me comprendiera, como si viera mi alma, me siento vulnerable, todos los escudos que construí fueron derribados antes de que me diera cuenta... yo... lo odio. No pude evitar cautivarme por sus ojo...