Capítulo 18: Tal vez

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"El destino no es una casualidad. Es una cuestión de elección. No es algo que se espera, es algo que se logra."

Anónimo

—Hola. —saludo un hombre alto de cabello y ojos negros, con su rostro adornado con miles de pecas, viendo a sus amigos llegar a la mesa de ellos.

—Escuché que estás embarazada. —habló una mujer de cabello negro corto, de ojos azules, en un tono cantarin.

—¿Eh? —soltó confundido Shinichi, ambos habían acordado dar la noticia los dos juntos, por lo que ellos no deberían saberlo.

—¿Quién les dijo? —preguntó Shiho ligeramente molesta, con el ceño fruncido. —Yo quería decirles.

—Entonces no debiste decirle primero a Miyu. —respondió divertida Ayumi.

—Rayos. —refunfuño la ojiverde sentándose en una de las sillas frente a sus amigos, mientras su esposo reía dulcemente al verla de esa forma.

—Debimos imaginarlo con tu comportamiento de la última reunión. —comentó Mitsuhiko divertido.

Así fue como se sentaron empezando su habitual reunión del caso que les entregó Sonoko.

—¡¡Friki!! —gritó fuertemente una castaña de ojos azules, entrando rápidamente al local, para la sorpresa de todos.

—¿Eh? ¿Que? ¿Sonoko? —habló desconcertado Shinichi mirando como una de sus amigas de la infancia se acercaba con una mirada de molestia.

—So-Sonoko, tú-tú estás... —murmuró Shiho desconcertada.

—¡¡No corras, te harás daño!! —gritó un moreno de lentes acercándose a Sonoko nada más entrar.

—¡¿Estás embarazada?! —exclamó Shiho y Ayumi impresionadas.

Ahí fue cuando nuestro detective favorito reparó a la castaña, que ya se le notaba barriga.

—¡¡¿¿EH??!! —soltó Shinichi.

—Hasta ahora te das cuenta. —murmuró fastidiada, rodando los ojos. —Pero, si. ¡¡Estoy embarazada!! —exclamó con una gran sonrisa, mostrando un signo de paz con sus dedos.

—Y por qué desapareciste después de la boda. —gruño molesto Shinichi, una vez consiguieron sillas para los dos nuevos integrantes.

—Porque quería que fuera una sorpresa, duh. —habló Sonoko en un tono de obviedad. —La idea era decirle cuando ya naciera, pero al enterarme que Shiho estaba embarazada, tomé el primer vuelo acá. —volvió a hablar tranquilamente mientras pedía algo para comer.

—Ni tu caso te preocupa, como para preocuparte por el embarazo de Shiho. —murmuró disgustado Shinichi, escuchando el largo pedido de su amiga.

—Por cierto, ¿Cómo va el caso? —preguntó una vez dejó ir al pobre mesero.

—¿Señora Makoto, como se dio cuenta que se desviaban fondos? —preguntó seriamente Mitsuhiko.

—Bueno, realmente no me di cuenta de eso, más bien encontramos algunos comprobantes de pagos falsificados así que supuse que desviaba dinero. —comentó como si no la perjudicara a ella.

—Sonoko, ¿me dejarías darle un vistazo a esos comprobantes? —preguntó Shinichi con el ceño fruncido.

Si pudiéramos predecir las cosas que ocurran, ¿tal vez podríamos haber impedido que sucediera eso?

Si lo pensamos atentamente ese fue el instante en el que la rueda del destino empezó a marchar, dónde la cuenta regresiva de una despedida inició.

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