Call me | Kaynea

↳ Capitulo 1

Joaquin

Entre frustrado al departamento, revoleando mis cosas en la mesa y respirando profundo para no romper nada.

Hoy era mi aniversario con mi pareja, Valentin. Pero el muy hijo de puta me hablo hace unos minutos diciendome que teniamos que cancelar la cena que ibamos a tener porque el se tenia que quedar mas tiempo en la oficina.

No es la primera vez que cancela algo importante por asuntos de trabajo, y eso es algo que me molestaba demasiado.
Bufe molesto y me sente sobre el sillon.

Mi mirada estaba fija en el piso, pero la desvié hacia mi mochila al notar que algo sobresalía del bolsillo chiquito.
Camine hacia la mesa y saque una tarjeta.

Frunci el ceño, mirandola fijamente y tratando de recordar de donde mierda había salido esto.
Algo me hizo click en la cabeza y a  mi mente llegaron los recuerdos.

Antes

Entre al baño del restaurante donde se suponia tendria que estar festejando mi aniversario, pero el pelotudo de mi novio me cancelo por trabajo.

Tenia un nudo en la garganta de la bronca que sentía en estos momentos.
Al alzar mi mirada note que había una chica observándome.

Me tense al notar que este no era el baño de los hombres.

— P-Perdon. - Me disculpe y me di vuelta, dispuesto a irme, pero la chica de nombre desconocido me hablo.

— ¿Que te pasa? - pregunto, refiriéndose a mi aspecto deplorable.

Dude en contarlo, ya que bueno era una extraña, pero lo hice igualmente porque me vendría bien desahogarme, agregándole que nunca la volvería a ver en mi vida.

— Me dejaron plantado. - Murmure, cruzandome de brazos.

— ¿Primera cita?

— Primer aniversario. - Corregi, la chica frente a mi alzo las cejas sorprendida.

— Que horrible. - Nego con la cabeza. - Por cierto, me llamo Maria Becerra.

— Joquin Cordovero. - Me presente, estrechando nuestras manos.

— Volviendo al tema, esa persona es imbecil si se le cruza por la cabeza dejar plantado a tremendo bombon. - Guiño el ojo.

Rei levemente, sabiendo que no me estaba chamuyando de verdad.

— Y lo peor es que no es la primera vez. - Negué con mi cabeza, mientras que la sonrisa de mi rostro se borraba.

María me observaba fijo, como si estuviera pensando en algo.
Finalmente, agarro algo de su bolso y me lo entrego. Era una tarjeta.

— ¿Y esto? - pregunte, agarrándola con desconfianza.

— Llama a ese numero si quieres, ya sabes... desestresarte. - Guiño un ojo. - Solo tenes que hacer una pregunta: "¿Estas solo esta noche?"

Al principio no lo entendí, pero al hacerlo los colores subieron a mi cara.
Nervioso, trate de devolverle la tarjeta.

— N-No llamare a una prostituta para desestresarme porque mi pareja me dejo plantado.

— Primero que nada, no es una prostituta, es algo diferente. - Hablo. - Y segundo, no es "ella" es "el".

— ¿Como sabes...?

— Acerté. - Se encogió de hombros. - En fin, yo solo te doy la tarjeta, vos decidis si lo haces o no. Solo te digo que una vez que empieces, no podrás parar.

La petisa se fue del baño, dejándome allí, completamente confundido e inseguro mirando la tarjeta.

Ahora

Observaba nuevamente la tarjeta, pensando bien si hacerlo o no.
Ya fue, necesito una noche para mi.

Saque mi celular del bolsillo y, con mis dedos temblando, marque el numero que ponía en la tarjeta.
Mientras esperaba, el ruido que hacia el teléfono aumentaban mis nervios.

Finalmente, cuando estaba a punto de cortar la llamada, alguien atendió y se escucho la voz de un hombre del otro lado de la linea.

— ¿Hola? - un escalofrio me recorrio de pies a cabeza al oir esa voz.

Recorde lo que Maria me habia dicho que habia que preguntar.

— ¿Estas solo esta noche? - un silencio fue lo único que se escucho.
Sentía la vergüenza recorriéndome.

— En el hotel que esta cerca del obelisco en media hora. - Dicho esto corto.

Mire completamente tildado el celular, pensando seriamente en lo que paso recién. ¿En serio acabo de hacer lo que acabo de hacer?