↳ Capitulo 6 2/2

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Joaquin

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Joaquin

Una risa se me escapo, mientras pasaba el marcador por la cara de Ivo.
El boludo se quedo dormido encima de mi, cuando me dieron ganas de ir al baño. Me levante como pude y fui en búsqueda del baño.

Al volver Ivo seguía completamente dormido, pero ahora estaba abrazando un almohadón.
Yo no tenia sueño, por lo que busque algo con lo que divertirme.

Buscando, encontré un marcador negro. Ahí se me ocurrió usar la cara del rubio como hoja para dibujar.
Le hice un bigote, una uní ceja y le escribí "Joaco mi rey" en la frente.

Ahogue una carcajada, sin querer despertarlo.
Agarre mi celular y le saque varias fotos.
Estaba mirando las fotos, cagandome de la risa, cuando la voz del rubio me saco de mi burbuja.

— ¿Que haces? - pregunto, con su voz ronca por recién haberse despertado.

— Nada. - Conteste, sonriendo "inocentemente".

La mirada de Ivo estaba fija en mi, analizándome. Me empezó a poner nervioso, por lo que me levante de mi lugar y quise alejarme, pero el rubio fue mas rapido y me atajo.

— Joaquin. - Hablo demandante.

— Estas muy lindo, ¿te lo dije? - me colgué de su cuello y el puso sus manos en mi cintura. Me miraba serio. - En mi defensa, vos estabas dormido y me aburri, sos un muy mal anfitrión. - Hice puchero.

Su mirada bajo hacia mis labios, para después subir de nuevo hacia mis ojos.
Mordí el interior de mi mejilla, evitando así estallar en carcajadas por lo gracioso que se veía.

— Bueno, veni. - Lo agarre de la mano y lo lleve hasta el baño. - Cerra los ojos.

Me miro desconfiado pero igualmente me hizo caso. Lo puse adelante del espejo, salí del baño y cerré la puerta.

— Abrilos. - Hable fuerte y salí corriendo, escuchando sus puteadas hacia mi persona.

Me tire al sillón, haciendo una barricada con los almohadones.
Unos minutos después pude ver al rubio entrando al comedor, mientras se pasaba un algodón con crema por la cara.

— ¿Quien te dio permiso para usar mi cara como hoja de dibujo? Pelotudo. - Frunció el ceño.

Yo, como buena persona, me le cague de risa en la cara.

— Dios, te odio mucho. - Camino hasta la cocina, yo lo seguí.

— Me queres. - Lo abrace por atrás, haciendo que caminemos pegados.

— ¿Quien te mintió tanto? - cuestiono, abriendo la heladera.

Mi boca se abrió, me encontraba indignado.

— ¿Sabes que el odio es mutuo? - me cruce de brazos.

Una carcajada escapo de la boca del rubio.
Me aleje de el y me senté en los banquitos que estaban frente a la isla de la cocina.

Call me | KayneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora