↳ Capitulo 15

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Joaquin

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Joaquin

La luz que entraba por el balcón golpeó mi cara, haciendo que lentamente comience a despertar de mi sueño.

Refregué mis ojos, tratando de acostumbrar estos a la luz.
Habían pasado unas horas desde que llegamos a Paris.
Luego de lo que paso en la mini terraza, habíamos decidido dormir un rato, ya que era demasiado temprano como para salir a pasear.

Gire mi cabeza, viendo a mi lado a un hermoso rubio, que dormía como un ángel.
Acerque mi mano a su cara, acariciando la.
El recuerdo de lo que paso hace algunas horas apareció en mi mente.

Antes

Las palabras del rubio hacían eco en mi cabeza, me quede tildado tratando de procesar la información.
¿Me ama? ¿En serio me ama?

— ¿Joa, estas bien? - la voz de Khea me saco de mis pensamientos. - ¿Fue muy rapido, no? Perdon, te juro que me la pense mucho si decirte o no, pero no pude aguantar mas y... - lo interrumpi pegando mis labios a los suyos.

Sus manos agarraron mi cintura, dejando leves caricias en ella, mientras tanto yo pase mis brazos por su cuello, colgándome de este y abrazándolo.

El beso era humedo y dulce, nuestras lenguas hacian una danza en nuestras bocas.
Nunca me voy a cansar de decir que sus besos son una caricia al alma.

— Te amo, Ivo. - Murmure al romper el beso, acariciando su cachete derecho.

La sonrisa que se formo en su cara fue tan hermosa de ver.
Me tomo de sorpresa que me alzara y empezara a dar vueltas.

— ¡Ivo, lpm! - grite.

— Perdon, es que... - me bajo. - Te amo tanto y me pone tan feliz que vos tambien me ames. - Mordio su labio inferior. - Te amo, te amo, te amo, te amo. - Se dedico a dejar castos besos en mis labios por cada "te amo" que salia de su boca.

¿Yo?
Yo no podia mas de la emocion y felicidad que habia en mi cuerpo. Sentia que en cualquier momento estallaba y me ponia a saltar como nene chiquito cuando le compran algo que quiere.

Ahora

Los ojos café que tanto amo mirar se abrieron, clavándose en mi. Empezó a pestañear, tratando de acostumbrarse a la luz.

— Buenas tardes. - Sonreí.

El rubio bostezo, para después estirarse y pegarse mas hacia mi.

— ¿Que hora es? - pregunto, con su hermosa voz ronca y cerro los ojos.

— Las 13 menos 10. - Conteste. - ¿Tenes hambre?

No respondió, tan solo asintió con su cabeza.

— ¿Queres que llamemos a Rusher y Maria, y vamos a comer afuera? - pregunte. - Despues de ahi podemos ir a recorrer.

— Me parece bien, aunque primero tenemos que ir a cambiar los pesos argentinos por euros. - Hablo.

Call me | KayneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora