19. I follow you

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Se deslizó entre el gentío sudoroso, sientiendo cómo algunas manos se pegaban a su cuerpo y cómo chicos y chicas no le quitaban lo vista de encima. Él casi quería reírse. Si tan solo estuviera sorprendido cómo lo estuvo la primera vez, o si pudiera recordar el pudor que solía sentir cada vez que aquellos tipos lo llevaban a algún bar y los hombres no le quitaban la vista de encima. Con el tiempo se había vuelto parte de la experiencia y probablamente hubiera estado ofendido si el resto de las personas no lo notaran. No existía por la atención ajena, pero debía confesar que hacer a los chicos voltear a mirarlo siempre era adulador.

Jungkook lo notó antes de que llegara junto a ellos. Jimin sorteaba a la gente tan encantador como si se paseara en el escenario de cualquier pasarela. Deslizándose entre los chicos y chicas que bailaban, balanceándose de vez en cuando al ritmo de la música, moviendo los labios siguiendo la letra. Jeon estaba a punto de salir a su encuentro solo por impulso y dejar a Jisoo bailando por su cuenta, pero Jimin llegó detrás de la chica antes de que pudiera siquiera moverse. Tomando la cintura de la castaña aprovechó que la canción comenzaba a cambiar para imponer un ritmo más rápido y sensual que Jisoo siguió una vez que la sorpresa desapareció de su rostro. Jungkook debió hacer un esfuerzo por seguir el movimiento de ambos, sintiéndose tímido de pronto ante la idea de tomar a su amiga como Jimin lo hacía, tan provocador y tranquilo como si en realidad nada estuviera ocurriendo. La sonrisa del mayor lo hacía sentirse acalorado cada vez que Jisoo apoyaba la cabeza en el hombro de Jimin, permitiéndole ver el rostro del rubio apenas iluminado por las tenues luces del local.

Al terminar la canción la chica se apartó de ambos y se dirigió a la barra. Jungkook permaneció mirando a Jimin unos segundos más mientras el rubio seguía con la vista a la castaña. No lo había notado antes, pero el escote de su camisa le permitía ver sus clavículas y el pecho lechoso y luminoso. Un escalofrío lo recorrió ante la idea poco atractiva de su padre tocando el pecho del mayor, su estómago se revolvió amargamente y su boca se sintió seca una vez más. Luego de sacudir la cabeza intentando apartar el pensamiento notó que Jimin lo miraba con una mueca graciosa plasmada en el rostro.

—¿Ocurre algo? —preguntó por sobre la música y Jungkook negó repetidas veces—. Bien —terminó y comenzó a caminar decidido a atravesar una vez más la multitud.

Si Jungkook lo dejaba ir sería todo, iría al Lux, se divertiría un poco, buscaría un chico lindo y sacaría a Jungkook de sus sistema, entonces estar con Yoo dejaría de ser tan incómodo. Pero si lo detenía, y Jimin esperaba que lo hiciera, entonces tal vez podría permitirse seguir haciendo el ridículo un poco más, podría seguir actuando como si no estuviera malditamente muerto de miedo. La garganta comenzaba a cerrársele estando ya cerca de la puerta, y el amargo sabor de la humillación empezaba a asomarse lentamente en su lengua. Y entonces sintió que alguien tiraba de su manga. Al voltearse Jungkook lo miraba con los ojos brillantes. Lo observó por un rato sin decir nada, solo tomando tanto como podía de esa escena. Lucía como un pequeño ciervo en la oscuridad de la noche.

—¿Te vas? —cuestionó haciendo un esfuerzo para que su voz sonara lo suficientemente fuerte. Jimin asintió inexpresivo —. Pero dijiste que celebrarías con nosotros.

Algo se le removió desagradablemente en el pecho, pero aun así se obligó a inclinarse hacia el castaño y susurrar en su oreja "Con Taehyung queremos ir a otro sitio, ¿vienes?". Jimin apenas notó la forma en que el castaño se estremeció por el roce insignificante se sus labios sobre su piel, mas no se perdió la expresión indecisa que reflejaba su rostro. El rubio rio, esta vez más confiado. Lo había seguido, eso era todo lo que pensó antes de volver a inclinarse hacia él y poner una mano delicadamente sobre su pecho. Se tensó al sentir sus músculos.

—Prometo que no será tan aburrido —dijo citando al castaño. Se alejó humedeciéndose los labios.

Jungkook aceptó tomando su mano y arrastrándolo fuera del bar. Jimin perfectamente podría haber imaginado la suave caricia que sintió sobre la palma de la mano, pero las orejas del castaño comenzaban a ponerse rojas.

SUGAR BABY | Kookmin [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora