Capítulo 20 ♡

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El sonido de la alarma retumbo por toda la habitación, busque con mi mano el celular  y apagar la tediosa alarma, pero me era imposible

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El sonido de la alarma retumbo por toda la habitación, busque con mi mano el celular  y apagar la tediosa alarma, pero me era imposible. Tenía todas las almohadas y sabanas por todos lados, maldije por lo bajo levantándome, lanzando todo a el piso hasta que mi pobre celular voló por los aires cayendo también a el frío piso.

-mierda-susurre de mal humor y revise apagando las alarmas, a empezar mi día.

Hoy sábado los gemelos acostumbraban a ser levantados por su padre por lo que podría tomarme todo el tiempo del mundo para bajar y así lo hice. Empezando con una ducha y buscando ropa fresca y cómoda, mi cabello se veía bien así que al dar casi las 11 de la mañana baje para desayunar y los gemelos al verme corrieron riendo.

-hola-dije revolviendo sus cabellos

-muy bien-dijeron al unísono y reímos ya que ha veces hablaban al mismo tiempo

-¿y ya desayunaron?-pregunte y afirmaron tomando sus juguetes y saliendo al jardín

Entre a la cocina, pero ahora mismo quería regresar a mi habitación, el desayuno no creo que sea tan importante el día de hoy y antes de que lo notara iba a desaparecer o eso creía

-buenos días Amelia-dijo al momento que iba a poner un pie afuera, cerré mis ojos maldiciendo y suspire

-oh, buenos días-respondí dándome la vuelta y encontrándolo con dos platos de comida en sus manos y un mandil rosa sobre su ropa y lo miré detenidamente, se veía tan bien con el cabello despeinado y vestido de forma deportiva

-¿no desayunaras?-pregunto posando los platos en la mesa y vaya, se veía delicioso y lo mire

-no, estoy bien-respondí caminando hacia el refrigerador para tomar una botella de agua -no tengo apetito-añadí muy segura, pero al cerrar la puerta y girarme me choque con su duro pecho torpemente, mi corazón latió frenético al tenerlo tan cerca de mi

-¿segura que no tienes hambre? -pregunto nuevamente enarcando una ceja e ignorando la cercanía, alguien podría entrar pero era más grande mi orgullo

-No, definitivamente n...-decía segura cuando mi estómago rugió y mis mejillas se ruborizaron instantáneamente -no-susurre ignorando su mirada y si levantaba mi rostro la distancia se reduciría a nada

-bueno, tu estómago no esta a tu favor-respondió sin más y tomándome de la mano me llevo hasta la mesa en donde tomé asiento y, mantuve mi vista siempre en el desayuno, panques con frutos rojos, tocino, huevos fritos y café.

-no piensas comer-insistió dejando de comer y observándome

Me sentía estúpida

Si, gracias-conteste sin mirarlo y cielos el desayuno estaba delicioso

Era extraño estar en silencio, pero debía de estarlo porque sus palabras venían constantemente a mi mente, debía de seguir así, creo que era lo más sano para mi en estos momentos, cayo una notificación a mi celular y era Melodie invitándome a una exposición de pinturas y no podía negarme, estaría Lita Cabellut, necesitaba ir.

¿Yo?, ¿Mamá? ¡SUSTITUTA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora