Amelia se graduó y ahora desea ahorrar para poder abrir una galería para expresar su arte y necesita un trabajo urgente para poder lograrlo y cumplir su anhelado sueño.
Matt esta desesperado porque no sabe qué hacer con los gemelos, sus padres se re...
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Había tenido un día cansado en la empresa sin mencionar que tuve que ir a el colegio de los gemelos ya que Benjamín estaba enfermo del estómago, pero él tenía la culpa por comerse todos los caramelos con Ame en un concurso por quien comía más.
Estaba en la cama tratando de descansar, tan solo quería dormir y nunca despertar hasta mañana o eso pensaba hasta que sentí un suave golpe en mi hombro y suspiré cerrando mis ojos ignorando tal vez seguía dormida y fue mi imaginación.
-Matt-susurro Ame tocando nuevamente mi hombro
-dime-conteste aun con mis ojos cerrados, en verdad quería dormir
-nuestro bebé tiene un antojo-susurro ella y esto no podía estar pasando justo ahora, amaba esta etapa del embarazo, pero los antojos nocturnos no estaban incluidos.
-¿Qué hora es?-pregunte entreabriendo mis ojos y Ame miraba su celular con sus mejillas sonrojadas y un poco regordetas, ya tenia 5 meses y su abdomen ya se veía un poco abultado, se veía hermosa.
-la una de la madrugada-dijo ella mirándome apenada y estire mi cuerpo
-¿Qué se les antoja comer esta vez?- pregunte frotando mis ojos con mis manos perezosamente.
-helado de chocolate y un milk shake de fresa bueno dos-contesto ella inocentemente
-recuerdo haber comprado helado ayer-empezando a colocarme mis zapatos y estirándome, miré como ella se sentaba en la cama en posición de loto y abrazaba una almohada
-bueno, yo me lo comí todo ayer mientras pintaba un lienzo-contesto con una sonrisa nerviosa y la miré sorprendido.
Ame estaba teniendo muchos antojos nocturnos, siempre trataba de ver que comiera saludable pero este pequeño bebé estaba haciendo las cosas difíciles. Se veía hermosa con un rostro radiante y su cuerpo había cambiado un poco, su humor era muy cambiante también, había días que era muy cariñosa y otras que no era muy amigable conmigo, era normal según el doctor.
-perdón por hacer esto-susurro con un puchero -yo no quiero comer de esta manera, pero no sé qué hacer, estoy engordando y no me veo bien-añadió con unas lágrimas, me acerque a ella y tome su rostro entre mis manos. Mire su ojos y limpie con mis pulgares sus mejillas
-no tienes porque disculparte mi vida, es completamente normal en el embarazo que subas de peso, que tengas más hambre y comas el doble, te ves hermosa ahora y siempre-dije dejando besitos en su nariz, mejillas y labios
-me vas a querer igual cuando tenga una enorme barriga-dijo atenta y sonreí, Ame era tan ocurrente
-si mi amor, ahora y siempre-dije y sin más Sali de casa para comprarle los antojos nocturnos, conduje por toda la ciudad hasta encontrar una tienda de conveniencia de 24 horas y comprar lo que necesitaba Ame.
