Escribiendo Nuestro Destino

Aclarando dudas.

Alex.

Salgo de la biblioteca y me dirijo a la cafetería. Alguien se une a mi y al voltear veo a Diego. Caminamos, al llegar hago nuestros pedidos, cuando buscamos una mesa vemos a Derek.

—Hola ¿Qué tal sus clases?

—Aburridas.—Dice Diego.

—Normales.—Respondo. Empiezo a comer, pero me siento observado.

Alzo la vista y los dos me ven como si fuera un extraterrestre.

—¿Qué pasa?

—¿Normales?—Pregunta Derek.—Tú nunca dices "normales". ¿Hay algún problema?

Pienso un momento antes de decirles. Ciertamente quiero a todos mis amigos pero si tengo que hablar de esto con alguien me alegro que sean Diego y Derek.

—Creo que los padres de Dani no gustan de mis madres.

Les suelto rápidamente. Los veo y ellos no se están burlando ni nada, lo cual agradezco.

—¿Por qué piensas eso?—Me pregunta Derek.

—El otro día fui con mi familia a comprar unas cosas, nos encontramos a Dani y su familia, todo iba bien, hasta que apareció mi mamá Anne. Ella se puso tensa, igual que su hermano y ni hablar de sus padres.

Me callo y vuelvo a comer. Esto es algo que he estado pensando desde que sucedió, no he querido decir ni preguntarle a Daniela por no querer conocer si mis sospechas son ciertas.

Diego llama mi atención y lo veo.

—¿Ya le preguntaste a Daniela?

Me callo y no digo nada.

—Tienes que hablar con Daniela, así lo sabrás.—Me dice Diego.

—Diego, tiene razón.

Me quedo pensando un momento eso. Quizás si deba hacerlo. Busco mi celular y le mando un mensaje a Dani.

Alex: Hola, Dani ¿Cómo estás?

Al terminar de pasar el mensaje, siento que arrastran la silla a mi lado. Alzo la cabeza y veo a Sean y Carlos.

—¿Qué onda?—Saluda Sean.

—Hola, mis amores.—Nos saluda Carlos y le sonreímos.—¿De qué hablaban?

Diego y Derek me ven, lo que hace que Sean y Carlos también lo hagan. Me siento presionado, así que decido decirles y espero que no se burlen.

—El fin de semana fui a comprar unas cosas con mi familia, nos topamos con Dani y su familia, todo iba genial hasta que apareció mi mamá Anne, todos se pusieron tensos y siento que más por sus padres, que no les agrada mucho que yo tenga dos madres.

Al terminar ellos me ven y Sean se apresura y habla.

—Ridículo.—Habla Sean.—No creo que sea por eso quizás fuera por otra cosa ¿No lo creen chicos?

—Yo le dije que hablara con Dani.—Dice Diego.

—Yo apoyé eso.

—Bien, yo igual.—Dice Sean.—¿Carlos?

Todos vemos a Carlos que está serio y eso me preocupa. Él muy pocas veces es serio. Siempre está sonriendo y jugando.

Me ve por un momento antes de hablar.

—Te diré una cosa, Alex.—Me dice.—En Venezuela no es muy común ver dos madres o dos padres. Se sabe que hay, pero durante años muchos tuvieron "la crianza antigua", dónde ser homosexual era sinónimo de burla.