Llamada inesperada.

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Alex.

—¿Daniela ya aceptó?

—Aún no le pregunto, Mary.

—¡Hazlo!

—¡Basta!

—No peleen, chicos.

Sigo comiendo, trato de apurarme para que mami Anne me deje en la oficina. Espero que hoy si le den permiso a Dani, hace tres días la invité y aún no me da respuesta porque no le han dado el permiso.

—¿Estás listo, Alex?

—Sí.

Me levanto y me despido de mi mamá y de Mary. Voy con mi mami hasta el auto y nos vamos.

—¿No le han dado permiso verdad?—Me pregunta de repente.

—¿Qué?

—A Daniela, no le han dado permiso.

Me callo, mami Anne es muy intuitiva, no quiero que se sienta mal por ese tema así que no he hablado mucho de eso.

—Alex, cariño, eres un maravilloso chico, pero no puedes evitar siempre que hablen de nuestra relación.

—Pienso que todos deben tener comprensión hasta cierto punto.

—Eso es admirable, hijo, pero como dije, solo puedes cambiar lo que tú puedes controlar y eso es poco. Pero bien dice que el cambio inicia por uno.

Detiene el auto, me despido con un beso y me bajo. Saludo al vigilante y la recepcionista. Entro al elevador y espero.

Una vez en el piso, voy directo a la oficina de Sean, tocó la puerta y espero. No hay respuesta, entro y encuentro a Sean dormido sobre el escritorio.

Me acerco y lo reviso, tiene la misma ropa de ayer.

Que raro.

—Sean.—Lo llamo pero no sé despierta, pruebo con moverlo y se despierta.

—¿Qué?—Balbucea. Se levanta y queja.—¡Demonios, que dolor!

Se estira y me ve.

—¿Alex? ¿Se te olvidó algo?

Lo miro confundido ¿Qué se me olvidó algo?

—Como sea.—Vuelve a bostezar.—Gracias por despertarme, deberíamos ir a casa.

—¿Dormiste aquí toda la noche?

—¿¡Qué!?

Revisa su teléfono y abre la boca.

—¿¡Ya es de día!? ¡Mierda!

Se pasa la mano por la cabeza y se cubre los ojos.

—Solo me faltaba esto.

Lo veo y me siento mal por él, veo a los lados y recuerdo algo.

—No te sientas mal.—Me acerco a la mesa del centro y abro un cajón secreto.—Puedes dar gracias de que tienes un baño privado y de esta ropa extra.

—¿Ropa extra?

—Sí, toma. Voy por un desayuno y café para ti.

—Gracias, Alex.

Va a su baño y yo voy a buscarle su desayuno, llegó a la cafetería y me encuentro con Derek.

—Buenos días.

—Hola ¿Vienes por su café?

—Y su desayuno.

Asiente, pido un buen desayuno y tres cafés. Espero y veo a Derek.

Escribiendo Nuestro DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora