Escribiendo Nuestro Destino

Cena familiar.

Daniela.

—Tranquila, no tienes porque estar nerviosa.

—Voy a ir a cenar con su familia y estoy más que segura que ellas saben que a mí familia no les agrada ¡Claro que estoy nerviosa!

—No me grites.

—Pues no digas la estupidez del cálmate. Tú mejor que nadie sabe que eso no funciona.

—Tienes razón, lo siento.

—Yo más, no quería gritarte.

Hemos estado así desde la mañana, estoy hecha un manojo de nervios Alex debe venir por mi en una hora, las chicas están peinándome y maquillándome.

—Lo bueno es que ya conoces a su familia.

—Y lo malo es que ya deben saber que mis padres no les agradan.

—¡Eso es una ridiculez!—Protesta Layla.—Me molesta que siempre tengamos que vivir con lo de "Si a ti te gusta a mí no y es como yo diga".

—Lay, sabes que es porque es así.

—Quieres ser su novia, no su esposa.—Gruñe Layla.

—Me perdí.—Dice Sharon.

—X2.—Habla Sky.

—X3.—Apoya Yas.

—Nuestras familias consideran que es importante que nuestra pareja sea de buen agrado, aunque no me guste, incluso yo busco eso.

—Si es de buen agrado, es más que bienvenido en la familia, es para saber si en un futuro de verdad puede pertenecer a la familia o integrarse.—Termino de explicar yo.

—¿Qué pasa si no es de buen agrado?

—En la familia de Dani tratan de ignorarlo. En la mía lo destruyen.

—Y como es tu pareja, no quieres que eso ocurra.

—Increíble. Me agrada tu familia Layla.

—No digas eso mucho, se les subirá la fama a la cabeza.

Todas nos reímos. Sharon empieza a maquillarme y trato de relajarme. Tengo algunas preguntas, pero creo que debo esperar a que toquen los temas para yo hacerlas, también me preparo para las posibles preguntas que quieran hacerme.

—Listo, linda.

—Gracias.

Sky viene hacia mi. Con ropa en sus manos.

—Ponte esto, cariño, te verás fabulosa.

Me ayuda a ponerme unas medias negras y Layla se ríe.

—¿Quién diría que después de años seguirías usando medias panty?

—¡Cállate! Eran lo mejor.

—Siempre se te rasgaban o rompían, llorabas tanto que tenían que comprarte tres más.

—Era una niña.

Se ríen y yo sigo vistiéndome. Una camisa manga larga negra, un jumper vinotinto de cuadros y unas botas altas. Me miró al espejo y me gusta como me veo.

—Espera, falta algo.—Dice Layla. Busca entre sus cosas, viene hacia mi y pone en mi cabello un cintillo con decoraciones en vinotinto.—¿Te gusta éste o te doy unas pinzas?

—Así me gusta.

—Estás hermosa.—Me abraza y se nos unen las chicas.

—Me gusta como se te ve el jumper.—Dice Sky.—Debo probar hacerte ropa con el estilo asiático.