Capítulo 2

813 75 0
                                    

La noticia de la tragedia en el camino, corrió rápidamente a oídos de la familia de Verónica.

— NO, MI NIÑA QUÉ TE HICIERON — Grita Ana, la madre de Verónica

Roberto estaba desesperado y tomaba su cabeza entre las manos, tratando de no enloquecer con aquella noticia, puesto que era su mayor miedo.

— Dónde está Verónica, ¿se encuentra bien? Porque nadie dice nada - pregunta angustiado Roberto

— No lo sabemos señor, solo encontramos a su dama y algunos de los cadáveres de los hombres que las escoltaban — respondía un guardia.

— Esos malditos, secuestraron a mí Verónica — continuaba diciendo Ana

— Tengo que salir ahora a buscarla — Dice Roberto.

Antes de que pudiera salir por la puerta, entras Felicia a la casa acompañada de guardias. Se encontraba aledonica, con la mirada perdida y con notorias marcas de golpes. Roberto inmediatamente, toma a Felicia por los hombros y la sacude.

— Felicia dime dónde está Verónica. Responde niña.

Uno de los hombres detiene a Roberto y le aparta, ya que la joven estaba aún conmocionada por lo vivido.

— Señor por favor, trátela con delicadeza. Ha sido brutalmente atacada y su honra ha sido manchada.

— Por favor Felicia. Necesitamos saber dónde está Verónica, si tú nos ayudas podremos rescatarla — decía Ana.

— No pueden ayudarla — responde Felicia

— ¿Por qué dices eso? — pregunta Roberto

— ¿se la llevaron esos bandidos? — dice Ana

— Ya no pueden ayudarle — continuaba diciendo Felicia con la mirada baja.

La madre de Verónica abraza a Felicia, llora y continuaba diciendo.

— Por favor mi querida niña, dinos dónde está Verónica

Felicia comienza a llorar, estaba aterrada y temblaba.

— Ella está muerta

Roberto siente como las fuerzas de sus piernas son succionadas por el suelo y se esfuerza por no caer, pero aquello le hace tambalearse.

— ¿Qué estás diciendo niña? ¿Dónde está Verónica?

— Ella quería ser pura, no dejó que la tocarán. Se lanzó por el acantilado.

La madre de Verónica llora y acaricia Felicia en el cabello.

— Ahora estás a salvo, ya todo pasó — Ana les habla a las criadas — lleven a Felicia a una recámara y llamen a un médico.

— Debo salir a buscar a Verónica, si ha caído por el acantilado puede ser que esté malherida y necesita ayuda — decía Roberto de manera desesperada.

— Mi señor, sí ha caído en donde encontramos la caravana, ella no podría... — El guardia que estaba a su lado dudaba en continuar su relato

— ¿Qué dices? No podría ¿qué?...

— Sobrevivir. Ha caído en los terrenos del jardín de la inocencia

Por la puerta llega corriendo el padre de Roberto al enterarse de la noticia.

— Hijo, vine apenas lo supe. ¿Dónde está Verónica? ¿Ella se encuentra bien?

— La última vez que la vieron ha caído por un acantilado, en los terrenos del jardín de la inocencia.

El Jardín de la InocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora