Capítulo 16. Una ofensa

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Aclaraciones: "Alune" // "Aphelios"

-.-

"Me niego" responde.

Aphelios frunce el ceño. Alune puede sentir como si fuera propia la conmoción que bulle en el interior de su gemelo tras su veredicto, empero, no da el brazo a torcer. "No utilizaré las encrucijadas divinas para algo tan mundano"

"¿Mundano?" Repite el tirador, sumamente ofendido. La Armera podría suspirar y rebajar su comportamiento a un simple capricho; pero Phel no tiene caprichos desde que eran niños, y su tono es completamente severo al respecto: "Sabes que no te pediría esto sin considerar que sea importante, Alune. Está dentro de los parámetros que-..."

"No intentes darme lecciones a mí, hermano" corta la fémina. "Sé bien lo que está dentro de mis parámetros. Y sigo negándome"

El Monasterio de Innana y la Vidente, ambos con su atmósfera siempre tan apacible y serena, hacen oídos sordos a las frustraciones del Portador: la Ceremonia de Iluminación, que será en las próximas horas, y el mísero favor que necesita para proceder a ella; solo uno, que se le está siendo rechazado rotundamente desde que lo manifestó.

"¿Por qué precisas con tanta ansia una predicción de esta noche?" Vuelve a cuestionar la dama. "La respuesta puede descolocar aún más tu corazón, en caso de ser negativa"

"Mi corazón está tranquilo-..."

"Mientes" Corta, por segunda vez. "Late desbocado y mortificado, lo siento tan palpable como si fuera el que está en mi propio pecho" Expone. El muchacho chasquea la lengua, resignado a compartir las sensaciones con su gemela, mientras esta intenta hacerle entrar en razón: "¿Y si esto significara algo bueno, Aphelios? Frente a nuestra tribu, frente a nuestra Diosa, el Hombre Bestia reivindicaría su bienintencionada postura, y si todo sale bien, mi predicción de que este tiene cosas pendientes destinadas aportarnos aquí en Targón será acertada y aceptada por nuestro pueblo también, ignorando su procedencia"

"¿Y qué sino, Alune? ¿Qué si algo sale mal?" Cuestiona el Portador. "¿Y si Sett no demuestra ser tan bienintencionado como dices? ¿Y la información que albergue? Ese es un justificado punto a favor para el Triunvirato de Santos"

"La Ceremonia se hace con los lineamientos clásicos, en lenguaje sacro; dudo que el vastayano pueda siquiera discernir de qué se está hablando durante esta. No es excusa, Phel" Insiste la Vidente, agotada. "No. No visualizaré nada de lo que ocurra esta noche; no necesitas más predicciones que la que ya te he dado cuando él llegó a nosotros." Sentencia. "Tengo fe en ella. Tengo fe en el Hombre Bestia... aunque parezco ser la única"

Aphelios se crispa en su lugar. "Estoy en lo cierto" no pregunta, afirma.

"Te equivocas-..."

"Settrigh nunca sería un traidor, hermano" Reprende. "Deberías avergonzarte por siquiera pensarlo"

El muchacho procede a gruñir, cansado de las interrupciones. Reposa el cuerpo en un pilar del Monasterio antes de que las emociones lo superen y lo tiren de bruces al suelo. "Te equivocas" Reitera. "No es eso... yo no dudo de él" Echa un resoplido, que bien puede ser una risilla desganada. "Por favor. Eres quien mejor lo siente, Alune. Míralo por ti misma"

Sus palabras son una orden que por un momento descolocan a la Armera. Es preciso aclarar, que el Arma de los Adeptos no es sentimental. No en plan sensible-apático; es algo complicado... desde temprana edad, los Hermanos del Destino fueron forzados a volcar todo lo que sentían en la devoción por la Luna: el amor, el odio, el resentimiento, la pena, la alegría, el dolor; su conjunto se vertió el Arma de los Adeptos, un arma, protector y escudo indispensable que aseguraría la supervivencia de los lunaris. Sus sentimientos hicieron más fuerte su fe; pero también, irreconocibles los unos a los otros: la motivación para matar podía residir tanto en el amor como en el odio, en la pena como en la alegría, culminar en el dolor o en el goce. No importaba. Indiferente si se cumplía su meta. Sencillo y eficaz.

Noctum y Dyrium (Settphel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora