La ciudad lunari no tenía su corazón en el mercado como otras ciudades de Runaterra. El encierro había obligado a limitar a los pueblerinos con las pocas provisiones que podía darles la montaña; y el mirarlo por primera vez, hacía repasar las palabras de Aphelios en la mente de Sett: "Esta civilización ha pasado demasiado dolor para volver a confiar en forasteros"...
Se detienen en una tienda, entre la conversación del dueño y una clienta. —Está prohibido salir de los límites de la frontera —acusa el Arma de los Adeptos.
—Sí, pero la cabra se me había escapado, tuve que ir por ella... y lo vi, un cráter enorme que no saben decirme hace cuánto está. Si hubo un terremoto nadie escuchó nada.
—Ojalá no haya derrumbes —dice la señora—. Mi hija está al norte, y últimamente ha habido cosas muy raras. Le insisto en que vuelva; no hace caso. Nuestro protector no suele transcurrir por allá tampoco. El lugar está abandonado —el ligero estremecimiento de Aphelios no pasa desapercibido para Sett.
El tirador se retira sin emitir palabra y se pierden entre la multitud. —Iremos al norte —declara al momento que están a solas, el joniano lo mira con sorpresa.
—¿Te fías de lo que dijo ese vejestorio? —indaga incrédulo, colocándose hombro a hombro, achicándose irritado en la capucha puesta que le queda pequeña. Hacía poco más de dos semanas que solo se guiaban por el conocimiento del lunari sobre el terreno, era la primera vez que se planteaban una opción externa.
En un suspiro es su respuesta. —Es lo que tenemos...
Han pasado a buscar un par de cosas en el camino (pese a la insistencia del vastaya para volver a descansar e ir mañana por la mañana). No han hablado en el trayecto, sin embargo al frenar cerca del riachuelo donde el Chico Luna organiza los bolsos, la curiosidad de Sett incita una pregunta. —: Lo que dijo esa mujer —tantea cuando Aphelios está colocando una de las mochilas tras su espalda—, de la zona abandonada...
—No hay lunaris abandonados —corta el tirador.
—Pero ella se refería al abandono de alguien ¿no? —dice.
No de cualquiera. Había mencionado a un protector... era mucha coincidencia que también lo hubiese llamado así a él en un principio. Aunque el Arma de los Adeptos nota eso, contesta naturalmente. —: No tengo nada que ver con el ala norte ni con nada extraño, si te deja más tranquilo. No hay qué te haga daño en tanto permanezcas conmigo.
Sett se carcajea. —No me dañará nada en ningún lugar con estos músculos, Chico —aún hay sospecha, no obstante. Sí que había dicho no incumbirse en cosas que no le interesaban, pero ahora... hay algo raro en el rol de Aphelios en la ciudadela. Definitivamente, no era un lunari normal.
—Oscurecerá pronto. Debemos apresurarnos.
—¿Y por qué no fuimos por la mañana? —refunfuña—. No me digas que no eres de los que madrugan... —su pequeña broma se ve opacada cuando el pelinegro se quita los guantes para limpiarlos en el agua, dejando al descubierto un excesivo vendaje en su muñeca...
Toda la semana lo ha visto con paños; no se ha detenido a analizarlo hasta ahora. Parecían cubrir heridas, había manchas bordo en ellas, aunque no hubieran hecho nada riesgoso esos días que implicara tales daños. Como un flash respecto a sus dudas, la imagen de Aphelios alejarse a mitad de la noche, difusa y somnolienta, lo asalta...
—¿...entiendes?
Sale de sus ensoñaciones, girándose un poco para mirar al lunari. Se demora inspeccionando sus ojeras antes de responder. —¿Qué dijiste, Chico Luna?
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Noctum y Dyrium (Settphel)
FanfictionSett ha llegado a Targón con el objetivo de encontrar dyriums. Cuando se vaya, un guerrero lunari le demostrará que no es lo único que desea llevarse. • Settphel • • SLOW BURN • Romance BL de Sett y Aphelios (League of Legends)