Sett ha llegado a Targón con el objetivo de encontrar dyriums. Cuando se vaya, un guerrero lunari le demostrará que no es lo único que desea llevarse.
• Settphel •
• SLOW BURN
• Romance BL de Sett y Aphelios (League of Legends)
ADVERTENCIA: Este capítulo contiene lenguaje sugestivo y obseno. No incluye violencia ni escenas sexuales explícitas. Proceder con discreción.
Aclaraciones: • Diálogos después del segundo banner: —Sett // "Aphelios" // "Alune" • Sett no puede oír lo que "dice" Aphelios.
Feliz Año Nuevo, N&D vuelve con regularidad durante el 2023.
Disfruten su lectura.
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Nada. En los registros no hay nada. Sin embargo, no es suficiente; es sospechoso que no figuren seudónimos, pero que no haya leyes en contra lo inutiliza. Devuelve el libro a su respectivo estante.
La biblioteca tiene once mandatarios trabajando en silencio desde hace tres horas y cuarenta y dos minutos; faltan cincuenta y ocho minutos para el cierre de su superior, y veintinueve para el cierre de su mentora. Registra todo con meticulosa obsesión. Aguarda, paciente y puntual como reloj, al minuto veintisiete y un par de segundos más, hasta que su mentora se levanta para acomodar unas cartas en un pasillo de archivos en desuso.
Se aproxima, haciendo una reverencia antes de dirigirse a ella. —: Maestra ¿Tienes un momento?
La aludida escruta a su lazarillo y murmura. —: ¿Para qué?
La muchacha se limita a atrancar la puerta lateral. Espera una conversación intensa si sus sospechas son ciertas. —Necesito aclarar unas dudas sobre uno de sus aprendices, Irene.
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—Esta es la última —informa Aphelios.
Settrigh apila la caja junto a las otras. Se seca el sudor de la frente con un largo suspiro, pero sonríe sin cansancio hacia su compañero. —Perfecto. ¿Había algo más que hacer?
—No realmente —medita el Chico Luna, inspeccionando la planilla con el informe de la expedición de la nuez vómica—. De verdad no te ha costado nada reordenar veinticuatro entregas repletas tú solo...
—No soy de los que se duermen en los laureles —presume el luchador, contemplando las cajas organizadas contra la pared lateral de la cueva—. Entreno día de por medio para mantenerme en forma.
—Vaya que sí —dice Aphelios, contemplándolo a él. Sett se sonroja un poco—. Gracias por ayudarme en la parte más tediosa; pese a mis exigencias, siempre eres tan amable con mis pedidos.
—No pides grandes cosas —minimiza, mientras el lunari deja la planilla a un lado y se arrima—. Puedo hacer lo que quieras por ti, Chico Luna.
—¿Lo que yo quiera? —cuestiona este, con un acento extraño. Y murmulla, repentinamente muy cerca...—: Debería recompensarte...
Sett procesa lo que Aphelios acaba de decir. Y el tono con el que lo acaba de decir.
Le observa, horrorizado, a la par que Phel se quita lentamente la bufanda. —¡No otra vez! —chilla.
