Capítulo 3. Presentación

2.7K 357 65
                                    


—Chico de montaña —llama Sett—. ¿Por qué estamos siguiendo mal el mapa?

—No tiene coordenadas. Solo es terreno en general.

—Sí —gruñe el joniano—, pero quizá donde hay dibujitos de flor es donde están más cerca...

Hace un par de días habían hablado respecto de su "travesía" para mantener el mutuo respeto. Aphelios mismo le había dicho que seguirían las indicaciones del libro, el problema radicaba en cómo explicarle a su compañero el por qué rodeaban "innecesariamente" el pueblo en medio.

—Poco probable que estén en pleno asentamiento. Mejor buscar en las paredes laterales.

—Sí, creo que lo que realmente haces es admitirme que no sabes leer un mapa —el vastaya sonríe socarronamente, hasta que el muchacho le estira el pedazo de papel. Infla el pecho como si fuera un reto, empero se obliga a retener el aire ahí por orgullo.

Conocía lo básico de algunos idiomas de Runaterra, sin embargo esos jeroglíficos no se parecían a nada antes visto. Mira de reojo al chico de montaña que le otea expectante de sus conclusiones. —Hay que seguir todo hacia atrás. A la ciudadela. Sí.

—Es mi lengua materna. No intentes engañarme.

—No necesito esto —vuelve a estrechárselo con brusquedad—. Iré de visita a la aldea.

—No lo harás —advierte el pelinegro, clavándose en su sitio mientras ve la espalda del otro alejarse.

—Sí lo haré.

—Hombre bestia-...

—Sett —corta abruptamente, frenándose y con esa voz exige que no vuelva a llamarle así. No cuestionará por qué.

—Sett —replantea, procesando el diminutivo para Settrigh—. Si te ven, la gente no reparará en capturarte. Por algo están ocultas y te ataqué.

Distinto a las reacciones que espera de él, simplemente se le acerca y pasa un brazo tras su cuello. El contacto le provoca una sensación escalofriante; tan anormal y contraria a lo natural que suena cuando le dice. —: Por eso tengo a mi guía. Además, ¿crees que alguien va a tocar tan fácil al Jefe? Por favor. Vámonos ya.

Sett no va a negar que aún quiera rostizar el libro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sett no va a negar que aún quiera rostizar el libro. Aphelios solo siente que no han ni concurrido tres días y ya quiere volver a la cueva para terminar de golpear a ese joniano tonto.

"¿Qué haces aquí?", cuestiona uno de los monjes al Arma de los Adeptos con ligeros movimientos de manos. Al estar arrodillado, la mujer que a este acompaña palpa su hombro, permitiéndole dejar de reverenciarlos. "¿Debo avisarle al maestro Seu-hko tu presencia?"

Phel se levanta y dirige una mirada de reproche al pelirrojo antes de comenzar a mover sus dedos en el aire también. "Agradecería que no"

"¿Quién es el joven que está contigo?"

Noctum y Dyrium (Settphel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora