1

9.8K 279 12
                                    

Habían pasado 5 años, y aquí estaba más hermosa de lo que recordaba.
Se había hecho un flequillo que solo hacia remarcar aun más sus rasgos, no había tenido que recurrir a ella en estos años pero ahora el cliente tal vez más grande que hemos tenido nos pidió específicamente a ella y a mi para este gran proyecto.

Ella se había ido, hizo su vida en Italia. Se recibió con honores, fundó su propia empresa de arquitectos allí pero siendo aún socia en Art Life. Me jure a mi mismo que no iba a buscar información sobre ella, pero solamente podía engañar a los demás diciendo que la había olvidado, por un tiempo me engañe a mi también. Pero cuando la vi hoy mi corazón casi sale de mi pecho, hace años que no me pasaba, desde que se fue de mi vida. Pero aún así me prohibi a mi mismo demostrar todo lo que provocaba tenerla enfrente.

La habíamos llamado, en realidad Engin la había llamado ya que Eda le dejó sus acciones a su cargo. En estos años tuvieron una relación  estrecha, mi amigo siempre la quiso mucho. Pero igual que yo o cualquiera de la empresa él tampoco sabía nada de su vida personal solo se sabía sus logros profesionales. Le dijo que llegaría hoy justo a tiempo para la reunión que solíamos tener todos los socios, no podía negar que estaba ansioso por su llegada aunque quisiera reprimirme.

Todo vino a mi de nuevo en cuanto la vi cruzar la puerta de la que alguna vez fue nuestra oficina, y no pude impedir que los recuerdos me llegarán. Se la notaba tan hermosa, fuerte, independiente, con más experiencias vividas. Sus ojos conectaron con los míos por un breve momento para después mirar a Engin y Piril.

—¡Buenos días!— dijo mostrando esa sonrisa, tan perfecta que me encantaba ver.

—¡Eda! Que bueno que hayas llegado— exclamo mi amigo acercandose para abrazarla mientras su esposa hacia lo mismo una vez que él la solto de sus brazos.

—Es bueno volver a verte Eda— dijo Piril apretando el abrazo.
Y yo, yo solo me quedé en mi lugar y ella al separarse fue al suyo haciendo que me mirara fijamente en cuanto levanto el rostro.

—Serkan— dijo otra vez seria mientras me daba un leve asentimiento como saludo. Eso solo fue una puntada en mi pecho.

—Eda— solté su nombre enseguida para que después todos tomemos asiento.

Estábamos ya terminando la reunión, el ambiente era tan tenso que tranquilamente se lo podía haber cortado. Pero el sonido de su teléfono nos corto, haciendo que su mirada y la mía se crucen como preguntando si podía atender, yo solo asentí.

—Efe, buenos dias— dijo haciendo que me interese por su conversación. —Si llegue bien— volvio a contestar mientras mis amigos me miraban de reojo para saber que me ocurría. —Esta bien, ahora estoy terminando una reunión pero en cuanto pueda miro los avances que hiciste— le dijo para despues despedirse y dejar su teléfono a un lado.

—¿Efe, Efe Akman?— le pregunte sin poder evitarlo.

—Si era él— solo eso me respondió haciendo que me irritara.

—¿Trabajas con él ahora?— le pregunté viendo como tomaba aire como pidiendo paciencia.

—Si Serkan, compartimos un proyecto. Efe tiene su propia empresa y yo la mía pero nos pidieron a ambos en este caso— me contesto en tono cansino.

—Por supuesto que lo hicieron— afirmé sonriendo sin ganas.

—No te preocupes, no afectara a tu empresa— me dijo seria.
Tuvimos un duelo de miradas por unos segundos hasta que mi amigo habló.

—Bueno... supongo que ya terminamos— mencionó Engin sonriendo.
Eda vovio a mirar su teléfono y empezó a negar mientras empezaba a marcar un número.

NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora