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Llegamos a Estambul hace 2 días, mis hadas se fueron a su apartamento esa noche pero la sorpresa fue que yo me fui con ellas, después de semanas de convivir Azize no quería que no cenemos juntos, así que me quedé a cenar y una cosa llevo a la otra... y termine quedándome a dormir.

Eso paso desde entonces, ahora mismo estoy sentando en la mesa esperando a que Eda me traiga café ya que no quiso que la ayude en nada. Y mi pequeña aún no se levantaba.

-Creo que voy a tener que empezar a dejar ropa aqui- le dije cuando la vi caminar hacia a mi con la taza de café en la mano.

-Creo que si mi amor- me dijo riendo.

-O... podríamos comprar una casa para los tres- le dije no dándole importancia.

-Tambien podríamos hacer eso- me dijo desinteresada tomándome por sorpresa, gire mi rostro para observarla  rápido y la encontré ocultando su sonrisa en la taza de café.

-No juegues así con mis sentimientos- le dije serio.

-Nadie juega Serkan, me dijiste que quieres comprar una casa y eso me parece bien- me dije encongiendose de hombros.

-Sabes que hablo de una casa para los tres, para que compartamos una sola cama y no tres- le dije haciéndola reír.

-Mmm si creo entender- me dijo burlonamente haciéndome enojar.

-Eda!!- le reclame.

-Que?- me pregunto inocente.

-Quieres mudarte conmigo?- le pregunte serio esta vez viendo como su sonrisa desaparecía y ella pasaba con dificultad el café por su garganta.

-Estas hablando muy enserio ahora no?- me dijo mientras yo tome su mano libre sobre la mesa.

-Muy enserio Eda Yildiz- le dije atrayendo su mano a mi boca para besar su palma.

-Pues para empezar mi voto no cuenta si no tengo la aprobación de el miembro más importante de aquí- dijo apuntando al pasillo desde donde se podía ver la puerta del cuarto de mi pequeña.

-Cierto, entonces no se para que lo discuto contigo. Lo voy a hablar con mi hija ella dirá que si y tu tendrás que ir porque tu voto no cuenta- le dije soltando su mano y riendo de su rostro ofendido.

-Serkan Bolat ni se te ocurra- me dijo apuntandome con su dedo.

-Pues tu lo dijiste, no vale tu voto más que el de mi hadita así que tu iras de cualquier forma- le dije sonriendo.

-Aunque puedes responder a mi pregunta ahora, así al menos tu y yo sabremos que tuviste la oportunidad de hablar al respecto- le dije serio entrelazando mis dedos y tomando la pose que suelo usar en la oficina viendo como ella me ve con los ojos entrecerrados y llenos de enojo.

-Ahora ya no quiero responder- me dijo cruzandose de brazos enojada.

-Si quieres... tu y yo sabemos la respuesta mi amor- le dije porque si quería oírla diciéndolo.

-Odio cuando haces eso... odio cuando te crees mejor que todos y que voy a estar atrás tuyo solo porque.- dijo cayandose de repente y esquivando mi mirada concentrándose completamente en su taza de café.

-Porque Eda??- le pregunte estirando mi brazo para tocar el suyo.

-Nada- me dijo seria.

-Sabes que quiero convivir con nuestra hija más que nada, pero eso no quita que tenga las mismas ganas de despertar al lado de la madre de mi hija todos los días- le dije dejando el juego a un lado, porque de verdad no quería verla enojada. Cuando se lo dije ella me miró de reojo un momento antes de girar su rostro hacia mi.

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