Capítulo 41

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41. Quiero

Los siguientes dos días fueron bastante incómodos.

Harry y yo no habíamos vuelto a sacar el tema de la conversación que él había escuchado, pero ambos sabíamos que "ese" inconveniente aún no estaba resuelto, y que en algún momento deberíamos hablarlo.

Por mi parte, evitaba todos los momentos a solas que pudieran presentarse con Harry, y deseaba con todas mis fuerzas que todo aquello simplemente se olvidara.

Y de hecho, me había funcionado hasta el momento, pasábamos el tiempo con Hermione, de aquí para allá y así, sin jamás separarnos de ella.

Harry, por otro lado, si parecía querer hablar conmigo ¡Pero no! Un Malfoy jamás se sometería a semejante humillación.

Como sea, las cosas estaban tensas, y Hermione lo sabía muy bien, y es por eso que intentó dejarnos solos varias veces, claro yo no lo permití.

Hasta que llegó un día, en el que ya no pude frenarla.

—Bueno, debo ir al baño, si me disculpan...

—¡No!—grité.

—¿Que pasa, Malfoy, quieres acompañarme?—preguntó con una falsa sonrisa traviesa la chica.

En ese momento Harry le dirigió una mirada levemente furiosa.

—Merlín, no, Hermione. Sólo...mejor ve al baño después, necesito ayuda con este ejercicio—la del baño la había utilizado varias veces, pero yo siempre encontraba alguna forma de retenerla.

—¡Tú no me dirás cuando debo ir al baño! Y si necesitas ayuda, pues esperas a que vuelva, aunque me sorprende en realidad, Draco Malfoy pidiendo apoyo en un ejercicio...

—Yo sólo...—se me habían acabado las excusas.

—¿Tú sólo...qué? Bien, Draco, si me permites, me retiraré.

—¡Espera!—le grité a la castaña, en un manotazo de ahogado, cuando esta ya estaba de espaldas encaminandose al "baño", sabíamos perfectamente que se quedaría en algún lugar suficientemente cercano como para escuchar nuestra conversación.

—¡Enfréntalo de una vez Malfoy!—gritó ella aún de espaldas.

Y así fue como, cuando la joven se retiró, todo quedó en un completo silencio.

—Draco yo...ejem...quería ha-hablar contigo...—escuché la suave voz de mi novio justo a mi lado y un agradable escalofrío me recorrió el cuerpo.

Lo extrañaba tanto...pero no me podía arriesgar.

—Si, am, de acuerdo, hablaremos pero mejor más tarde, ahora debo...¡debo buscar algo que me he olvidado en mi habitación! Si, es...es algo muy importante. Así que bueno...yo ya me voy, sabes...

Y cuando ya me había dado la vuelta para emprender camino, creyendo que me había salvado, su dulce voz volvió sonar como una melodía en aquella bonita tarde de primavera.

—¿Hasta cuando vamos a fingir que no he oído lo que he oído?

Rayos. Lo había dicho.

—Am ¿que has oído?—sabía que no tenía ningún caso fingir demencia, pero me negaba rotundamente a pasar esa vergüenza.

—Genial. Seguirás fingiendo.

—Yo...no quiero hablar de eso.

—Pero Draco, es algo necesario ¿a qué le tienes tanto miedo?

—¿Es una broma? Todo esto es humillante—dije resignandome y sentándome junto a Harry una vez más.

—¿Humillante? Claro que no, al menos yo no creo que sea así. Mira, Draco, quiero que sepas que...

—¿Que me odias? Si, lo sé, Harry. Te repugno, y sobre todo estás decepcionado de mí ¿verdad? Te pido una disculpa, te fallé...

—Oh, rayos, te he contagiado.

—¿Qué? ¿De qué hablas?

—Hablo de esa estúpida manía de echarte la culpa por cada maldita cosa que suceda. Es terrible, y sin duda yo te la he pasado, porque tengo lo mismo.

Harry se veía muy divertido, pero yo hablaba de algo serio.

"Óyeme Draco, esta vez los papeles se han invertido, y es mi turno de decirte que no digas idioteces".

"No te odio, no te repugno, no me decepcionaste ni me fallaste ¿entiendes eso?"

"Lo que te sucede es normal, le pasa a todo el mundo y no me sorprende que a ti también te suceda".

"Sé que es algo que no se puede controlar, y eso está bien. No tengo razón de estar enfadado ni nada".

—Pero tú...lo que sucedió con Weasley...

—Lo que pasó con Ronald es pasado, y si he aprendido algo de ser "el gran Harry Potter" es que vivir aferrado a lo que alguna vez nos hizo tanto daño únicamente evita que la herida cicatrice. Y es por eso que quiero enfocarme en ti, en mi presente, y olvidar todo lo que pasó, para poder empezar de nuevo.

—Bien, Harry, si quieres intenta olvidarlo, pero no podrás, créeme. Y quieras o no está situación te ha marcado de por vida, por lo que nada será igual, lo sabes ¿verdad?

—Si, lo sé muy bien, pero eso no me preocupa. Y mira, quizás no pueda hacerme un obliviate para borrar mis recuerdos, pero si puedo dejar en libertad el dolor, para que esa noche se transforme en una escena más sin importancia de mi vida ¿entiendes?

—Sí, pero es que ahora me siento mal, Harry. Cada vez que por mi mente pasan esos pensamientos me invade una culpa horrible, y es...insoportable.

—¿Me estas pidiendo que tengamos sexo, Draco?

—¡Qué! ¡No, por Merlín, claro que..!

—Porque si es así mi respuesta es sí.

Y en aquel momento, una extraña parálisis se apoderó de mí ¿Había oído bien?

—¿Acabas de decir que quieres...que tú quieres hacerlo...conmigo?

—De hecho es justo lo que dije.

—Harry, escucha, no hay nada que desee más en el mundo que poder disfrutar de algo como eso contigo pero...temo mucho que me estés diciendo esto por presión. Y por eso quiero que te quede claro algo: si esto sucede será porque nosotros queremos, ambos, me refiero tú y yo. Así que si me acabas de proponer esto por lo que te dije...

—Malfoy, Malfoy, Malfoy...—susurró el ojiverde sentándose en mi regazo—quiero hacerlo porque quiero hacerlo, no es presión, no es nada de eso, y además...te amo ¿por qué no desearía hacerlo?—yo simplemente me encogí de hombros y bajé la cabeza. Él me tomó por la barbilla y para poder clavar sus brillantes esmeraldas en mis ojos. Conocía mis debilidades—Además, esta será una bonita forma de cerrar una etapa de mi vida y comenzar una nueva, contigo.

—Pero entonces es porqué tú en verdad lo deseas ¿cierto? Haremos esto sólo si tú...

—Deja de repetir eso de una vez, amado Draco, y bésame por favor.

No dudé en cumplir su deseo, como un buen obediente.

Nuevamente, estaba tan ocupado intentando vencer a Harry en la lucha por el mando de nuestras lenguas, que ni siquiera noté el calor que empezó a crearse dentro de mí.

Pero en fin, regresó cierta chismosa de cabello castaño e interrumpió algo que podría haber salido de maravilla, o podría haber sido el peor momento de mi vida.

—Regresé de la biblioteca ¿que hacían?

—¿No habías ido al baño?—pregunté yo sabiendo que no había ido a ningún lado.

—¿Dije biblioteca? Quise decir baño.

—Si, seguro...—Harry y yo nos dedicamos una mirada cómplice.

¿Amor? ~DRARRY~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora