Capítulo 17

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17. Él y yo

Aunque le había prometido a Pansy aquel día que me divertiría, no estaba tan seguro de poder cumplir con mi palabra.

Mientras más días pasaban, más me daba cuenta de que no sería capaz de estar allí, tranquilo y feliz, haciendo como si nada pasara, y fingir que mi vida era perfecta.

Por supuesto no iba a fallarle a mi amiga, pero debía hacer algo para sacarme el peso de ensima: esa noche, le diría a Harry todo lo que sentía por él, luego de eso, que él hiciera lo que quisiera hacer, aunque su desición me doliera.

Pero en fin, luego de esa charla con Pansy todo era bastante mejor, aun me odiaba todo Slytherin y ni siquiera había podido hablar con Blaise, pero ya no andaba llorando por los rincones y podía mantenerme estable en las comidas cuando veía a Harry y Weasley, y todo eso, era un avance.

Lo único que en ocasiones recordaba y me dolía un poco, era que Harry, luego de nuestro último encuentro desastroso, no había vuelto a hablarme, ni a intentar acercarse a mí, y aunque yo lo comprendía perfectamente pues lo había tratado muy mal, me dolía de igual forma.

Y algo que colmaba la situación, era que se pasaba el día mirándome, eso si era horrible, me llenaba el estómago de mariposas (como decían los muggles) pero sabía muy bien que a él no le sucedía nada conmigo, era un juego absurdo que me estaba volviendo loco.

En fin, llegó la noche del baile de Navidad, y yo no podría haber estado más nervioso.

A pesar de que sabía que tenía el atuendo perfecto, me miraba al espejo y sentía que había algo mal. Y habría estado toda la eternidad cambiándome la raya del cabello de un lado a otro de no ser por mi pareja de baile que entro frustrada a mi habitación rogando por que nos fuéramos de una vez.

Finalmente yo accedí, aceptando que si sabía que aquel día me declararía a Harry, jamás podría verme perfecto.

Al llegar al Gran Comedor, donde se realizaba el baile, observé como todo estaba cuidadosamente decorado con temática navideña.

Afortunadamente, cuando Pansy y yo entramos por esas puertas, aquella parejita que no deseaba ver aún no había llegado, ya que los campeones entraban al último para iniciar el baile.

Pero si, el momento en el que entraran Harry y la Comadreja, llegó, y supe que el trabajo de no-llorar sería más difícil de lo que creía.

Harry estaba precioso. Con una elegante túnica de gala oscura, y una corbata que combinaba. Y su cabello...ah, su cabello estaba tan desordenado como siempre, y aquél chico no pudo parecerme más adorable cuando me dí cuenta del tiempo que debió haber estado intentando peinarlo, pero a fin de cuentas siempre terminaría igual.

En cambio, Weasley, no pudo haber estado más espantoso. Llevaba una túnica de un color rojo desgastado, lo que hacía notar más que era de segunda mano. Tenía unos volados horribles de un naranja extraño y una especie de corbata negra.

¿Como podía Harry haber elegido a esa cosa sobre mí?

Las cuatro parejas se pusieron a bailar muy entusiasmadas.

Weasley se veía feliz, contento por poder presumir a su novio, como lo detestaba; pero Harry, por el contrario, se veía nervioso y sin ganas de estar allí, como si no deseara que todo el mundo lo viera con el pelirrojo, a pesar de que ya todo el colegio sabia de su noviazgo.

Me sorprendió bastante ver a Granger con Krum. Se veía muy hermosa, casi irreconocible, y también se notaba muy enamorada de el hombre con el que bailaba. Me sentí feliz por ella. Si, Harry ocasionaba increíbles cambios en mí.

¿Amor? ~DRARRY~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora