Capítulo 26

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26. Gritarle al mundo que te amo

Habían pasado varias semanas desde que Harry rompió con Weasley para estar conmigo, no podía estar mas feliz.

Nos juntabamos a escondidas cada día, y hacíamos paseos por los terrenos del colegio tomados de las manos...si, esas estúpidas cosas cursis provoca el amor.

Pero en fin, valia la pena. Y es que todo era tan perfecto que temía que de un día para el otro el paraíso en el que vivía se arruinara por completo.

Esa es la parte mala de la felicidad, la certeza de que el dolor volverá.

Pero a pesar de eso, yo prefería disfrutar, y no pensar en cosas como que se acercaba la segunda prueba del Torneo de los Tres Magos y Harry aun no tenía idea de en que consistiría o como sobreviviría a la dificultad que obviamente tendría.

Si, eso me preocupaba bastante, no estaba dispuesto a perder a la persona más importante del mundo para mí.

Claro, si deseaba pensar en otra cosa angustiante, podría decir que cada día soportaba menos el hecho de no poder gritarle al mundo que Harry era mi novio, porque la verdad es que la estabilidad emocional de Weasley me importaba poco y nada.

Pero bueno, ese día tenía un agradable picnic sorpresa que le había preparado a Harry, y allí mismo le propondría que formalizaramos nuestra relación.

Ya había preparado el mantel sobre el césped con una canasta llena de comida para ambos. En ese momento me encontraba escondido tras un árbol, esperando a que el pelinegro esperado llegara.

Finalmente lo vi aparecer. Se iba acercando poco a poco a donde estaba el picnic, hasta que estuvo suficientemente cerca, y allí fue donde yo salí de detrás del árbol.

—¿Te gusta?—pregunté sorprendiendolo por detrás y abrazándolo por la cintura.

—¿Tú...tú hiciste esto?—dijo con una expresión que me generó una ternura increíble: era una mezcla de sorpresa, conmoción y tristeza.

—Pues...sí. Bueno, yo lo armé pero la comida la hicieron los elfos domésticos, disculpa, no tengo un gran talento culinario...—fui interrumpido de la mejor manera: con un lindo y apasionado beso de Harry Potter.

Luego de unos instantes besandonos, comenzaba a faltarnos el aire, así que debimos separarnos.

—Te amo—dijo el tranquilamente. Oh, Merlín, maldito Harry Potter, me hacia sentir mil duendecillos en el estomago, era imposible no amarlo.

—También te amo, estúpido.
Digo, mira, solo tú haces que Draco Malfoy organice un picnic romántico—dije con una sonrisa para luego besarlo.

—Bien, esto se ve demasiado apetecible ¿comemos?—preguntó el ojiverde.

—Esta bien, Harry-glotón-Potter.

Harry rodó los ojos para luego sentarse y empezar a comer.

Charlamos un rato, disfrutando de la deliciosa comida y de la bonita tarde de invierno que nos había tocado.

Hasta que saqué un tema que me tenía algo...¿cómo decirlo? ¿Celoso, quizás? Solo un poco.

—Oye ¿sucede algo con Diggory? Digo, no lo sé, el otro día se lo veia bastante interesado en ti, de hecho, muy cerca de ti, como a centímetros de tu rostro ¿Que me dices de eso?

—Oh, Merlín ¿Cuántas veces debo decirte que no sucedió nada con Cedric?

—Oh, Cedric ¿Ahora lo llamas Cedric?

—Haber, celoso, lo he llamado siempre por su nombre, como a todos los que conozco.

—Aja, si claro ¿entonces por qué a mí me decías Malfoy?—reproché.

—Porque tu eras mi enemigo ¿recuerdas?—se burló él—Como sea, puede que el hubiera tenido alguna intención amorosa conmigo, pero...

—¡Ja! ¿Lo ves? Por supuesto que tenía "intenciones amorosas", estaba acorralándote contra la pared, mientras tú no hacías nada más que mirarlo con ese rostro perfecto e inocente que tienes. Y si yo no hubiera interferido, él te hubiera besado. Y lo peor fue que apenas pude gritarle, me hubiera gustado golpearlo.

—Gracias por lo de perfecto e inocente rostro, y si, recuerdo muy bien lo que sucedió, pues fuiste muy arriesgado ¡Ahora cualquiera podría suponer que somos novios!—dijo él irritado.

—¡Entonces que se enteren! De verdad, Harry, estoy cansado de ocultar todo esto, y por eso quería pedirte que deje de ser un secreto nuestra relación. Y sé que eres el ser más empático del mundo, y que no quieres lastimar a Weasley aunque sea un maldito psicópata, pero ya no puedo aguantar esta mentira. Quiero gritarle al mundo que te amo.

—¿Por esto me trajiste aquí? Sólo déjame, Draco...

Luego de estas palabras, Harry se paró, en un amago de irse, pero yo lo tome de un brazo y lo abrazé, impidiendo que se vaya.

—Harry, alto. Tú no estás bien ¿que es lo que te sucede?—pregunte sin soltarlo.

—Sucede que tienes razón, que no podemos ocultar esto para siempre—hizo una pequeña pausa y siguió—Pero tengo miedo, Draco...estoy aterrorizado con la idea de perder a mi mejor amigo.

—Esta bien, Harry, esta bien. Entiendo, si no quieres no hace falta que esto salga a la luz, se que puede ser duro perder un amigo. Es solo que yo quería que todos supieran que no te odio, que eres lo más bonito que me paso en la vida y que no hay nada que adore más que esos ojitos verdes que tienes.

Harry levantó la vista mientras le recitaba esas palabras, y me miraba como si estuviera a punto de derretirse.

—¿Como el frío, sarcástico y soberbio Draco Malfoy puede ser tan dulce y cariñoso? ¿Como es que tardé tanto en darme cuenta de lo perfecto que eres? No se te ocurra volver a soltar una más de esas palabras porque no podré aguantar más el llanto ¿me oyes?

—¿Sabes? Con esto basta, no necesito nada más. Solo preciso tu compañía...y tus besos, por supuesto. Con eso me conformo. No me importa que esto sea un secreto, no me importa tener que esperar horas para poder besarte, hacerlo en sí ya es maravilloso. Y tanto la espera como la presión valen la pena por todo esto. Si te preocupa perder a Weasley, no hay problema, mantendremos el secreto. Me alcanza con tenerte a mi lado, Harry Potter.

Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. Solía ser así: yo le recitaba poemas improvisados, frescos y recién sacados de mí corazón, él los oía y luego lloraba.

—Maldito estúpido. Te dije que no dijeras nada más.—dijo mientras se secaba las lágrimas del rostro y yo le besaba la frente—Pero ¿sabes qué? Ahora, sé que eres tú, Draco Malfoy, lo eres todo. No mereces una relación clandestina. Y no, no me gustaría que Ron sufra pero ¿es justo que sufras tú? Si te parece bien, luego de la segunda prueba podremos decirle a todo el mundo de esto.

—¿Estás hablando en serio? Dime que sí—pregunté esperanzado.

—¿Crees que estoy bromeando?—dicho esto lo besé apasionadamente y lo tomé por la cintura haciendolo dar vueltas.

Luego de eso nos besamos un buen rato para luego recostarnos sobre la hierba a observar el atardecer.

Y yo solo podía pensar en que era el ser más afortunado del mundo: tenía a Harry, mi Harry, junto a mí.

¿Amor? ~DRARRY~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora