Bailar es un juego peligroso
—Y con eso sería el arreglo del tonto. —se burló el maestro Kenobi mientras exponía su jugada ante su antigua aprendiz.
—¿Sabes? —la chica dejó su mano de cartas en la mesa indignada —. Creo que estas haciendo trampa.
—No sé de qué hablas. Hace años que no juego sabacc —Obi-Wan juntó las cartas para comenzar a barajarlas.
—¡Precisamente! ¿Como puedes haber ganado cada partida con tanta inexperiencia? —el jedi comenzó a reír ante su frustración, pero Kat en lugar de indignarse más, comenzó a sonreír como una verdadera tonta. —No te burles, es una acusación seria —reclamó mientras le lanzaba un cojín que estaba convenientemente a la mano. Seguiría argumentando como una niña mimada si eso implicaba seguir escuchándolo reír, hace tanto no lo oía reír, debía aprovechar la situación.
—Muy bien, te daré otra oportunidad para que me derrotes
—No, gracias. No juego con tramposos. —se cruzó de brazos dándole la espalda al jedi dramáticamente.
Obi-Wan soltó otra risa menos ruidosa y repartió las cartas. La jedi no podía decirle que no. Nunca podía, además no tenía nada mejor que hacer.
—Vaya escolta que somos, ¿no? —señaló la chica mientras tomaba sus cartas y observaba el sol meterse por la enorme ventana de la habitación. —No entiendo que estamos haciendo aquí, deberíamos estar con nuestros hombres en la batalla, no perdiendo el tiempo en este lujoso castillo.
A Kat le disgustaba bastante su estado actual: disfrutando de una tarde tranquila en un planeta tropical mientras cientos de clones arriesgaban sus vidas, en una guerra que no era suya.
—¿Eso es lo que te está molestando? —La pregunta la tomó por sorpresa.
—¿Que? No... es decir sí. Sí me molesta. Pero no estoy molesta. —balbuceó tratando de organizar sus ideas. —Me refiero a que nada me molesta, no ahora. Estoy en perfecto humor.
Obi-Wan enarcó una ceja en señal de incredulidad. Kat estuvo a punto de ceder y explicarse sus palabras cuando escucharon golpes repentinos en la puerta.
—Ah, ¿tan pronto? ¿Cuánto tiempo hemos estado jugando? —El jedi procedió a abrir la puerta, —¿Que tal caballeros en qué puedo ayudarlos?
—Maestro jedi, la senadora espera a la Maestra en sus aposentos. —anunciaron los siervos. —Y usted deberá acompañarnos, el rey pidió, en persona, que lo preparamos para la noche.
Kat bajó de su silla como pudo, pues tener las piernas cruzadas sobre esta complicó las cosas.
—Ya voy —gritó mientras se ponía las botas marrones. —Buena suerte, Maestro Kenobi. —se despidió la chica guiñandole un ojo al aludido y después siguió a sus escoltas...
●
Los guardias se detuvieron frente a una puerta bastante parecida a la de la habitación de Kat y tocaron gentilmente a la puerta.
—Ah Katooni, pasa. Gracias por traerla. —saludó la senadora enérgicamente, mientras la jedi entraba a su habitación. —Esos siervos son extraños ¿no te parece?
—¿Por eso los despediste tan rápido? —Padmé sonrió como respuesta —Creo que no hablan nuestro idioma. Kat no creyó que fuera necesario mencionar el asunto de la habitación que compartía con Obi-Wan.
—Sí, eso parece. —la senadora caminó hacia el guardarropa de su habitación y lo abrió dándole la espalda a Kat. —No planeabas ir al baile así, ¿verdad?
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My Master - Obi-Wan Kenobi
Любовные романыAprendiz. Padawan. Jedi. Amante. General. Katooni Da'ruda fue muchas cosas durante la guerra de los clones. Si hubiera podido aferrarse a una... tal vez su destino hubiera sido diferente. "La guerra te cambia.'' Había escuchado muchas veces, de much...