Desconcierto
Obi-Wan tenía esa expresión de sorpresa en la cara, que aunque Kat no la veía seguido, la conocía bien. La cara de ella, por otra parte, mostraba indiferencia e irritación, ya estaba cansada de no tener ni una pista de lo que estaba pasando. Toda esta misión era un enigma para ella.
El príncipe, quien había resultado ser el hostigador no la víctima, tan solo observaba a los jedis como una araña observa una mosca atrapada en su red. Ni una sola palabra había sido pronunciado desde hacía quince minutos y todos tanto los prisioneros como los guardias comenzaban a incomodarse, todos menos el príncipe claro.
El chico tenía una expresión socarrona y fastidiosa que molestó a Kat desde el principio. Después de analizar de pies a cabeza a su captor, este dejó su posición tan extraña y por fin habló.
—Traigan al jedi. —ordeno y después salio e la sala.
Kat instintivamente volvió a pasar su mano por el cinturón en busca de su sable, y maldijo al recordar que no estaba ahí. Antes de que los guardias entraran a por Obi-Wan, este miró a su padawan para que no intentara nada. Y así lo hizo, permitió que se lo llevaran, y trató de consolarse con la idea de que sabía lo que estaba haciendo.
Kat espero por lo que le pareció una eternidad, primero trato de meditar y buscar una respuesta, pero estaba demasiado aturdida, entonces comenzó a desesperarse por saber no nada de su maestro y comenzó a pasearse alrededor de la jaula en busca de un plan. Después de un buen rato y de mucha incertidumbre el "príncipe perdido" volvió a aparecer, pero ahora estaba acompañado por el propio Obi-Wan, y como ya era costumbre en su dia, Kat no comprendía nada. A continuación el príncipe abrió la jaula y permitió a la padawan salir.
—Katoonii, el es el príncipe Aragath y necesita nuestra ayuda.- su maestro se apresuró a decir antes de que Kat comenzara a bombardear con preguntas.
—No parece que necesite ser rescatado...-—el tono de Kat reflejaba desdén, pues el príncipe no le agradaba en lo absoluto.
—Se que la situación es confusa, pequeña. Pero lo explicare todo, acompáñenme. —la mueca de Kat provocó una risa casi imperceptible por parte de Obi-Wan, una que Kat por supuesto notó.
—Mi padre piensa que he desaparecido por medios ajenos a mi persona, que he sido secuestrado o raptado... Pero la verdadera historia es algo diferente. —Aragath los guiaba por pasillos laboriosos de lo que parecía una instalación abandonada. —Yo me fui, y no por una tonta rebeldía adolescente.
Mi padre aparenta que todo está en orden y que es el monarca perfecto, pero como dije son solo apariencias.
Katoonii no sabía mucho sobre la situación política de Mirindo, de hecho no sabía de su existencia hasta hace unos días.
—¿Porque lo dices? —Obi-Wan se acercó a la mesa improvisada a la que acababan de llegar. El lugar era una especie de cuartel, lleno de maleza que se había infiltrado del bosque y parte de las paredes de metal estaban oxidadas, pero había gente corriendo de un lado a otro con cajas y aparatos.
—No es solo eso... —continuó el príncipe,- el pueblo pasa hambre y en el castillo la comida se desperdicia con cinismo; mi padre abusa de los que menos tienen y favorece a los adinerados, y no quiero hablarte de su puñado de perros que tiene por Consejo, solo más de lo mismo. Entonces decidí hacer algo...
—Decidiste irte y dejar a tus padres en duda e incertidumbre.—Kat hablo por primera vez.
—No es así. No puedes apagar un incendio estando dentro de la casa, debo ayudar a mi pueblo, debo pelear a su lado—. Había algo en la palabras de Aragath que no convencían a Kat, no del todo.
—Pero eres parte de la realeza, acaso ¿No tienes voz o voto?
Las palabras de la Padawan no parecían afectar al joven príncipe, sus respuestas fluían, como si hubiera tenido esa conversación un centenar de veces.
—Tan solo soy un príncipe, no lograre nada hasta que sea rey.
"Hasta que sea rey"
Kat sintió como si un balde de agua fría de repente cayera sobre ella, a su parecer el príncipe no planeaba una rebelión si no un complot.
—Entonces ¿Quieres derrocar a tu padre? —trató de no sonar hostil.
—No me malentiendas no quiero lastimarlo, solo quiero el trono, lo mejor para mi gente. —Kat y Obi-Wan se miraron instantáneamente. —Entonces ¿me ayudarán? Tener a dos jedis de nuestro lado sería de gran ventaja.
—No creo que eso sea una opción, —Obi-Wan trató de reventar su pequeña burbuja e rebeldía. —tú planeta es neutral, si te ayudamos, se declararán a favor de la República.
—¡Y piensen como eso nos beneficiaría! Sería una ruta libre para ustedes. Piénselo maestro jedi, sería un ganar ganar.—Obi-Wan tocó su barba analizando las palabras de Aragath.
Y Kat comenzó a alarmarse, no podía saber si las intenciones del príncipe eran buenas o malas y si era honesta no tenía ganas de averiguarlo.
—Supongo que tendré que hablar con el Consejo.
No era un sí, por parte de Obi-Wan, pero por parte del Consejo, probablemente lo sería.
—Haga lo que considere necesario, mis hombres los acompañarán, como protección, no recomiendo vagar por estos bosques solos.
¿Protección?
El príncipe no dejaría que ambos jedis se fueran sin obtener lo que quería, habían pasado de una jaula a otra.¿Qué creen?
¡Maratón!
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My Master - Obi-Wan Kenobi
RomanceAprendiz. Padawan. Jedi. Amante. General. Katooni Da'ruda fue muchas cosas durante la guerra de los clones. Si hubiera podido aferrarse a una... tal vez su destino hubiera sido diferente. "La guerra te cambia.'' Había escuchado muchas veces, de much...