Capitulo 24

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El principio del fin

Kat se quedó en silencio un momento, contemplando el tránsito en el espacio aéreo de Coruscant.

—Creí que querías regresar a la acción lo antes posible —La voz de Obi-Wan llegó por atrás, la jedi se giró para verlo mientras él se colocaba a su lado.

Clones iban de un lado a otro, para preparar de nuevo el crucero de la jedi, para despegar.

—Así es, pero... no tan pronto —Katoonii permaneció relajada, regresando la vista a donde la tenía antes.

—¿Querías descansar más? —la mirada del jedi era tranquila, pero analítica al mismo tiempo.

—No —la chica se pasó una mano por el cuello y se miró los pies —. No es eso.

—Oh, ya veo — La amplia sonrisa que se formó en el rostro del maestro obligó a la chica a voltear a verlo.

La jedi abrió la boca para decir algo, pero el sonido de los pasos apresurados que venían hacia ellos, la detuvieron.

—General —saludó el comandante —, ya despegó el ultimo transporte, todos los refugiados han sido ubicados.

—Buen trabajo, Cryx. Vayan a prepararse, nos iremos pronto.

—Sí, general —se despidieron los dos y se alejaron a paso veloz.

Obi-Wan y Kat, comenzaron a caminar rumbo a la nave de la chica.

—¿A dónde irás tu? —preguntó ella intentando no mostrar cómo se sentía al respecto.

—Anakin y yo fuimos asignados a Yerbana. Grievous sigue desplegando sus fuerzas por todo el Borde Exterior.

—Agh no me lo menciones, —gruñó la chica, sin esconder su desagrado —fue toda una experiencia el tiempo que pase allá.

Kenobi la observó con curiosidad por un momento.

—¿Segura que estás bien? —preguntó.

—Sí, ¿por qué lo dices? —el jedi enarcó una ceja ante la respuesta.

Kat soltó un suspiro, rindiéndose.

—Solo estoy un poco cansada. No físicamente sino... de todo esto.
Al principio era divertido, pero últimamente resulta agotador. Creí que, si regresaba a luchar, a lado de mis hombres, el sentimiento se iría. Pero cada vez me siento más como si... no estuviera siendo yo misma —termino de hablar y soltó una risa —. No me hagas mucho caso.

—No, te entiendo, —el jedi le colocó una mano en el hombro expresándole su apoyo —También lo siento, cada vez las cosas están más tensas. Las perturbaciones en la fuerza son cada vez más constantes.

—En efecto —un pequeño silencio se hizo entre los dos, hasta que Kat se animó a hablar —Pero al menos algo bueno salió de todo esto —dijo con una sonrisa.

—¿Ah sí? —le devolvió la sonrisa.

—Sí, —Kat comenzó a caminar hacia su nave dándole la espalda —Mis pesadillas desaparecieron.

La risa de Obi-Wan salió genuinamente y la chica sintió un calor inundándole el estómago.

Reprimió las ganas de darse la vuelta y darle un abrazo y una propia despedida; había demasiadas personas para darse ese lujoh.

—Lo veré luego, maestro Kenobi —siseó la chica y desapareció en el interior de la nave, aun con una sonrisa traviesa y las manos temblorosas.

My Master - Obi-Wan KenobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora