El templo jedi era normalmente un lugar tranquilo, es decir, eso se esperaría del hogar de los guardianes de la paz. Pero ¿qué pasaba cuando la paz por fin daba señales de llegar para quedarse? Nada de tranquilidad, en absoluto.
No se podría decir que había caos, como tal, pero si había jedi corriendo atareados, hablando por sus comunicadores, o maestros invocando a sus padawans.
Los vestigios de esperanza habían crecido como un incendio desde la misión del Maestro Kenobi y el General Skywalker.
Ya sólo quedaban unos cuantos agujeros que tapar para poder terminar con la guerra de manera definitiva.
Y los jedi y la Republica lo sabían; a pesar de la tensión que la situación podría significar, ambos se mantenían optimistas y organizaban sus siguientes movimientos.
Kat estaba impaciente.
Caminaba lo más rápido que podía a la sala de informes. A penas había regresado un día antes y ya tenía una mañana demasiado ocupada por delante. Solo la motivaba saber que el resto del día lo tendría libre.
Sin mencionar que estaba demasiado nerviosa. Ante la posibilidad de un nuevo comienzo, lo primero que había querido hacer era hablar con Obi-Wan, sobre la misión, el conde Dooku, Anakin y... todavía no estaba segura de que más quería hablarle. Pero por ahora se tendría que conformar con verlo en la reunión de esta mañana.
Ya tendría tiempo de hablar con él después. O al menos eso esperaba.
Antes de entrar al centro de comunicaciones, se dio la vuelta y observó por un instante las afueras, el sol brillaba con intensidad, iluminando el templo a través de los estores. Incluso el cielo estaba despejado, para ser tan temprano. Todo parecía apuntar a que iban por buen camino. A que la esperanza era genuina.
Kat intentó invocar una sonrisa, mas como autoconvencimiento, aún no se adaptaba a la idea de que la guerra podría terminar muy pronto, a pesar de que era lo que ella, todos querían.
Cuando entró a la sala, los jedi presentes la saludaron cálidamente, y una sensación de extrañeza le recorrido el cuerpo, pues al entrar había escaneado el cuarto en busca de Ahsoka, quien siempre la recibía, mientras esperaba que Anakin llegara. La jedi suspiro y siguió a delante, tratando de sacudirse la terrible sensación y busco a su antiguo maestro.
No lo veía por ningún lado, tampoco al maestro Yoda, por lo que decidió buscar un lugar decente frente a la Holo mesa y esperar a que la reunión empezara.
Fue cuestión de minutos para cuando vio al maestro Windu entrar a la sala acompañado de la persona a la que había estado buscando.
—Muy buenos días a todos —saludó Windu —. Espero que todos se encuentren bien.
Como sabemos el Conde Dooku falleció en la última misión encabezada por el Maestro Kenobi y Anakin Skywalker.Por fin, Kat pudo aceptarlo, hasta el momento solo había oído especulaciones o la noticia le había llegado indirectamente. Pero escucharlo en un informe, tan directamente, cambiaba un poco las cosas.
El maestro continuó el informe, dándole la palabra a los respectivos maestros.
Cabe mencionar que no había muchos jedi en la sala, ni siquiera Anakin estaba ahí, aun que eso no era de extrañarse. Pero la razón primordial de tanta ausencia era que casi todos los generales estaban regados por toda la galaxia. Entonces la mayor parte de los reportes fueron hechos a través de Holo comunicaciones. El maestro Vos, la maestra Secura, Mundi, entre otros. Por primera vez, todo estaba sumamente organizado y remoto.
Todo le pareció muy rutinario a Kat, hasta que los únicos miembros del consejo que estaban presentes comenzaron a hablar del Canciller.
La chica había estado evitando mirar a Kenobi desde que la reunión empezó, pero instintivamente lo hizo cuando el nombre del Canciller fue mencionado.
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My Master - Obi-Wan Kenobi
Любовные романыAprendiz. Padawan. Jedi. Amante. General. Katooni Da'ruda fue muchas cosas durante la guerra de los clones. Si hubiera podido aferrarse a una... tal vez su destino hubiera sido diferente. "La guerra te cambia.'' Había escuchado muchas veces, de much...