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Desde que su madre lo entregó por un par de monedas, era la primera vez que dormía sin soñar.

Las pesadilla lo persiguieron durante años, a veces a plena luz del día cuando miraba a su alrededor y todo lo que veía era sangre y sufrimiento. Él mismo no creía que la libertad fuera algo alcanzable para él.

Aceptó el trato de matar a Harry por la misma razón que había aceptado huir con la primera vez: esperanza.

Sabía que moriría, al menos lo haría siendo libre.

Pero ¿qué significaba serlo? ¿Qué haría después? Mataba a Harry, ¿luego qué? ¿Moría a manos de Jason o alguien más? ¿Valía la pena acabar con otra vida para perseguir un sueño imposible?

No lo sabía y aún así lo intentó.

Sobrevivió por pura suerte y no sabía cómo sentirse al respecto.

Además, era tan sólo un peón en el juego de alguien más. Un juego tan oscuro y retorcido que nadie notaría quién en realidad lo estaba jugando.

Harry Frederick Styles.

El padre de Harry era tan despiadado como los hombres que destrozaron la vida de Louis. Tan infame como el cuchillo que cortó la garganta de sus amigos. Tan vil y maldito como su verdugo.

Tan traicionero y ambicioso.

De haber conseguido su objetivo, era él quien heredaría toda la fortuna de su hijo. Y ese, junto con la venganza por ser desobedecido por su sangre, eran los únicos motivos que lo llevaron a hacer un trato con el peor criminal posible.

Y Louis rió al enterarse.

Alguna vez había pensado que la humanidad tendría salvación. Que existía más gente buena en el mundo. Tal vez era cierto y por eso continuaba vivo. Pero eran otros tiempos.

A Louis solo le importaba una cosa: salvar a Harry.

Un acto de expiación por su pasado quizá o simple enamoramiento repentino.

Mirando la sonrisa de Mariana, los ojos de Zayn y recordando los abrazos de Harry, Louis pensó que quizá después de todo, sí había gente buena en el mundo.

(...)

Ha pasado un año desde entonces, Louis sabe que Harry está a salvo por los informes que Zayn le da. Aún lo vigilan aunque él no sepa nada, o eso creen.

Harry no es tan idiota.

Louis lo supo poco después.

Cuando le contó sobre su vicepresidente, él ya lo sabía. Lo supo desde hace mucho antes. Jones trabajaba para el padre de Harry. Era él quien negociaba con Mendes, era Harry quien le permitía hacerlo. Harry sabía quién era Mendes, y también sabía quién era Louis. Lo supo desde que Connor se lo presentó aquel día.

Lo vigiló hasta que su pista desapareció y tuvo otros asuntos que atender.

Harry lo sabía todo y nunca dijo nada. Esperó que fuera Louis quien lo hiciera, cumplió con el pedido de Louis sin objetar.

Louis se preguntó la razón muchas veces.

Harry le permitió dormir a su lado cuando sabía que tenía que matarlo.

Harry dejó que su vicepresidente hiciera lo que quisiese.

Harry dejó que su padre amenazara su vida.

¿Por qué?

Necesita respuestas que sólo puede obtener de la boca de Harry. Necesita saber y sobre todo, necesitar verlo y comprobar que los informes son reales y que él está bien. Necesita abrazarlo incluso si después de eso, no lo vuelve a ver.

Es por eso que cuando la noticia de que Frederick Styles fue arrestado por intento de homicidio y otros tantos cargos que Louis prefiere no recordar, le pidió a Zayn que lo dejara ir con él a ver a Harry.

Zayn al ver sus ojos no tuvo corazón para decirle que no.

(...)

Llegaron a una pequeña comunidad pesquera. Avanzaron por el muelle en busca de una persona en particular.

Louis sintió su corazón latir de nuevo cuando vio a Harry reír tratando de jalar una red. Tenía el cabello largo al igual que la barba, pero su sonrisa y sus ojos continuaban brillantes. Dejó que un agente se acercara a él y cuando terminaron de hablar, asintió y llevó su mirada al grupo que venía con él.

Sus ojos se encontraron una vez más y Louis apenas podía respirar de manera decente.

Harry se despidió del grupo de pescadores con una sonrisa y caminó junto al agente por el muelle hasta llegar a ellos.

—Buen día, agentes. —Saludó con serenidad y luego miró a Louis. Apenas había cambiado, pensó, su rostro lucía recién afeitado y su cabello estaba corto, pero sus ojos continuaban igual de azules que como los recordaba, quizá un poco más vivos. Sonrió—. Hola, Louis.

Louis no respondió, se abalanzó hacia él y envolvió sus brazos alrededor de su cintura sin importarle lo húmeda que estaba su ropa ni el olor a marisco que tenía está. Harry rió un poco y le devolvió el abrazo con ternura, se aferró al ya no tan delgado cuerpo de Louis como si fuera a desaparecer. Muchas veces había soñado su reencuentro pero nada se compraba a la versión real, cuando podía envolver sus brazos en aquella figura que no se evaporaría.

—Te extrañé tanto. —Susurró el castaño.

—Yo también lo hice, cariño. —Acarició su espalda un momento más para después separarse y mirar los rostros apenados de los agentes por interrumpir la burbuja de intimidad—. Todo acabó, supongo.

Zayn fue quien habló.

—Así es, señor Styles. —Asintió con seriedad. Louis podía contar con los dedos las veces que lo ha visto sonreír. No lucía tenso nunca pero tampoco mostraba demasiado con sus expresiones, él tan solo era él—. Ya puede volver a casa si así lo desea.

Harry miró a Louis envuelto en sus brazos y decidió que ya la había encontrado.

Gold Price |L. S.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora