9.

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Estar en casa de Harry por más de un día era diferente. Louis conoció a Sara y a Mónica durante el segundo día.

Eran amables con él, sin embargo, la acusación en sus miradas no dejaba de incomodarlo. No podía culparlas, de haber estado en su lugar también se juzgaría. De haber vivido una infancia normal, de haber crecido siendo ignorante de la maldad que predomina en el mundo, él también tuviera prejuicios.

Se encerró en la habitación que Harry le había indicado sería suya. Louis solo quería ser capaz de dormir.

Por las tardes no tenía pesadillas.

Sabía que varias noches había despertado a Harry con sus gritos. Fragmentos de recuerdos que prefiere olvidar se colaban en sus sueños y destrozaban la poca tranquilidad que conseguía.

Necesitaba sus drogas y sabía que Mariana no iba a dárselas.

—¿Puedo salir? —Le había preguntado a Harry un día durante la cena. Solían tener conversaciones banales de vez en cuando.

—Por supueto. Mi chófer puede llevarte, ¿a dónde quieres ir?

Louis negó rápidamente.

—No. Quiero salir solo, recorrer un poco la ciudad.

Harry lo miró mientras pensaba. No iba a negar que le daba miedo que Louis decidiera irse, pero él había dicho que podía hacerlo si quisiera. No tenía derecho a sentirse mal si sucedía.

—Está bien si así lo quieres. —Declaró Harry con una sonrisa que dejó ver los hoyuelos que Louis no había podido olvidar.

—Gracias. —Respondió Louis devolviendo la sonrisa al magnate.

Entonces ahí se encontraba, caminando por la avenida transitada por primera vez, durante el día. Se sentía momentáneamente libre, pero temía voltear y confirmar que había alguien siguiéndolo.

La paranoia se apoderó de él cuando entró al callejón que conocía bastante bien. Durante su adolescencia, cuando solía trabajar cerca del lugar, lo conoció. No sé había mudado en mucho tiempo y Louis lo agradecía.

Tocó la puerta tres veces y esperó que se abriera.

Un chico más alto que él y con cabello negro abrió la puerta. Sonrió al verlo antes de tirar de él en un abrazo.

—¡Lou! Es bueno verte.

—También te he extrañado, Zayn.

Zayn le indicó que pasara, preguntado la razón de u visita aunque ya sabía que no existía una sola. Louis se sintió capaz de liberar sus pensamientos, todo lo que había sucedido durante las últimas semanas y que estaba atormentándolo. Cuando terminó, supo que Zayn no lo juzgaría.

—Estoy tratando de adaptarme. —Finalizó encogiéndose de hombros. Apagó su tercer cigarrillo en el cenicero y miró a su amigo.

Porque eso era. Zayn era probablemente el único amigo que Louis tuvo alguna vez, el único con vida.

Cuando lo conoció apenas era un niño asustado del mundo y sus consecuencias. Un manojo de nervios y temores que no eran posibles callar. Él lo vio junto a los demás y quiso hablarle, Louis se alejó y él solo comprendió lo que sucedía.

Pagó por él, siendo un acto tan común en la vida de Louis, todas sus relaciones remotamente reales habían comenzado así.

Zayn estuvo calmándolo aquella noche, y le ofreció por primera vez lo que Louis llamaría más tarde, su salvación. No sin antes advertirle las consecuencias. Años después, Louis las había ignorado.

Su contacto era escaso. A veces lo había visto en el bar, otra veces conseguía llegar hasta su departamento, cuando murió Connor, fue el único que secó sus lágrimas antes de que volviera al infierno.

—Es difícil cuando creces en cautiverio pensar en libertad. Supuestamente la tengo pero no la siento mía en absoluto. Ni siquiera recuerdo lo que era.

—Todos estamos atrapados en algún tipo de prisión, Louis. Y aún así, somos capaces de pensar más allá d las barreras. Es lo único que no pueden quitarnos.

—Abandonar esa prisión dejando un lago de sangre no es una opción. —Suspiró el castaño, recordando la amabilidad de Harry—. Tampoco hay salida. Sólo me espera la muerte y aunque no me importa, no quiero morir siendo un prisionero. He de morir siendo libre y no habría valido la pena que continuara respirando.

Zayn lo miró comprensivo. No había muchas cosas qu pudiera decirle, aquellos pensamientos estuvieron con Louis desde que lo conoció y no podía hacer nada con ellos cuando eran tan reales.

—Las necesito. —Dijo Louis mirándolo, esperando un negativa que no tardó en llegar—. Por favor, Zayn. No hay manera de que duerma sin recordar, es insoportable.

—Te están destruyendo.

—Ya lo estuve desde mucho antes.

Una vez más, no podía negarle nada. Él tan solo suspiró como cada vez mientras le tendía las pastillas a su amigo, sintiéndose culpable de una vida que no era suya.

Louis se despidió de Zayn y regresó a la casa de Harry antes de que cayera la noche. Cenó con él y hablaron durante un largo rato, había sido bastante cálido y familiar.

Se preguntó cómo habría sido conocer a Harry en otra época, en otra situación.

Quizá algún día él hubiera entrado a una la biblioteca a buscar uno de los libros que le pedían en la facultad y al girar la esquina entre los estantes se hubiera tropezado con Harry. Hubieran reído y era probable que Harry le invitara a un café.

O tal vez, el rizado hubiera entrado a la cafetería en donde Louis había conseguido un trabajo de medio tiempo. Habría coqueteado a través del mostrador y hubiera dejado su número, Louis lo habría llamado esa noche y habrían quedado en verse al día siguiente.

Otro escenario donde Louis saldría de fiesta con sus amigos del trabajo, se alejara del grupo y se recargara sobre la barra. Harry se acercaría y le ofrecería un trago, Louis sonreiría y dijera algo ingenioso para luego irse. Harry lo seguiría y de alguna manera Louis habría aceptado bailar con él.

Miró una vez más a Harry, preguntándose si él también pensaba lo mismo. Queriendo saber si se hubieran conocido de manera diferente alguna vez estarían en una situación parecida, cenando unas rodajas de pizza y soda mientras discuten los pros y los contras de las princesas de Disney.

—Tiana es la mejor. —Apuntó Harry.

—Uhm, creo fielmente que lo es Anastasia.

—Anastasia no es de Disney.

—Pero ¿es una princesa o no? —Louis tomó lo último que quedaba de su soda y miró otr vez a Harry. —Aprender por completo una vida que no puede recordar es una gran hazaña. Además se salvó de morir varias veces.

—Es técnicamente una duquesa.

—No veo diferencia.

—Pero tienes razón. Ella consiguió aquello que buscaba y que en el fondo sabía que tenía.

Louis lo miró en silencio. Sus pensamientos anteriores asaltándolo. Sí, era posible que de haber conocido antes a Harry se hubiera enamorado perdidamente de él. En otra vida, otra situación, en donde pudiera amarlo y no agonizar por ello al verlo morir.

Luego de despedirse y tomar sus pastillas, Louis tomó una decisión antes de caer en un profundo sueño sin pesadillas.

Gold Price |L. S.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora