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Una linterna apuntó su rostro.

No pudo abrir los ojos.

No recordaba nada.

—¿Louis? —Una voz familiar lo llamó, él escuchaba el sonido lejano haciendo un eco débil apenas.

—Debemos darnos prisa. —Otra voz.

Todo se movía a su alrededor. No necesitaba abrir los ojos para saber que estaba en un lugar iluminado que además era móvil. Una ambulancia quizá. No. Todo era silencioso, apenas y escuchaba el ruido de algo rugiendo por la presión. Quería abrir los ojos para comprobarlo, pero no podía.

Su cuerpo no respondía adecuadamente y parecía que no tenía fuerzas para obligarle a hacerlo.

—¡Está perdiendo mucha sangre! —Gritó aquella voz por segunda vez. Louis pensó que era una mujer.

—¡Mierda, lo sé!

Louis no entendía. ¿Se referían a él? ¿Por qué la voz era familiar? ¿Por qué le costaba respirar y tenía un horrible dolor en sus costillas?

—Resiste, por favor. —Fue apenas un susurro pero era desgarrador. Aquella mujer estaba llorando, su voz era ronca y con suerte la escuchó. Asumió que debía estar muy cerca de su oído—. Ojos bonitos.

Ojos bonitos.

No era la primera vez que escuchaba el apodo. Sólo una persona le decía así, solo una persona podría decirle así.

Entonces recordó.

Harry se fue con Zayn, él se quedó a recibir a Jason y sus matones. Les entretuvo un rato dándoles tiempo para huir. Jason sabía que no mató a Harry, Benjamín lo sujetó mientras Jason lo golpeaba. Recuerda perder la conciencia y recobrarla con las embestidas endemoniadas de alguno de los energúmenos de Mendes, quien no contento con destrozar su interior cortó con una navaja su espalda y su rostro. Volvió a perderse entre sueños de camino a la mansión y cuando escuchó el eco al que estaba acostumbrado, pensó que finalmente moriría ahí, donde todo había empezado.

Pero, continuaba vivo.

¿Realmente lo estaba?

¿Por qué estaba ella ahí?

¿Los federales habían aparecido?

¿Harry estaba a salvo?

Harry.

¿Dónde estaba Harry?

Si algo de sentido aún le quedaba antes de desfallecer otra vez, se aseguró de pensar en el magnate. La manera en que sus ojos brillaban cuando estaba emocionado y como su ceño se fruncía cuando estaba en desacuerdo.

El eco de voces y más ruido opacó su conciencia una vez más.

(...)

Despertó en una habitación oscura de paredes de madera y una gran ventana cubierta por una cortina gruesa que apenas dejaba que la luz ingrese. Parpadeó un poco acostumbrándose a tener los ojos abiertos, inspiró profundamente llenando sus pulmones por primera vez de manera consciente. Miró a su alrededor tratando de no moverse y no vio a nadie. Una silla de madera cerca de su cama con lo que parecía una cobija de lana tejida.

Trató de sentarse, consiguiéndolo después de lo que le pareció una eternidad. Su espalda le dolía, los músculos de sus brazos punzaban por el esfuerzo y solo pudo hacer una mueca de dolor, siendo siempre silencioso. En algún momento de su vida aprendió a callar cada sonido de manera voluntaria.

La puerta de la habitación estaba semiabierta, el ruido en el exterior de algunos platos y trastes llamó su atención. Se preguntó dónde rayos estaba.

No entendía por qué continuaba con vida, tampoco recordaba mucho de lo que había sucedido.

Así que hizo su mejor esfuerzo por sentarse al borde de la cama para levantarse. Se detuvo cuando escuchó a alguien acercarse. No le dio tiempo de volver a su posición inicial sin gritar de dolor, contuvo la respiración esperando lo peor. Pero al abrirse la puerta, Mariana apareció frente a él.

—Mi niño. —No contuvo sus lágrimas cuando avanzó para abrazarlo con cuidado mientras sonreía—. Despertaste.

Louis miró a la mujer confundido. Ella acarició su mejilla con cariño, Louis siseó porque había tocado alguna herida.

—¿Qué pasó? —Era la primera vez que hablaba. Su voz era ronca y su garganta ardió de inmediato, completamente seca.

—Recuéstate. Aún estás recuperándote, traeré algo de sopa. —Le dijo ayudándolo a recostarse una vez más.

—Mariana...

—Lo sé, Lou. —Lo miró con seriedad—. Te lo diré luego.

La vio alejarse. La madera crujiendo con cada paso, siendo ruidosa. Louis se mantuvo en su posición observando todo hasta que ella regresara. Volvió con un plato lleno de sopa y el estómago de Louis agradeció de inmediato. Ella lo observó sonriendo.

—¿Ahora me dirás qué sucedió? —La miró dejando el plato vacío en una pequeña mesa junto a la cama.

—Siempre tan impaciente, Louis. —Ella rodó los ojos fingiendo molestia para luego regresar a su semblante serio. Arrastró la silla cerca de la cama para poder contárselo a Louis sin necesidad de gritar.

—¿Y bien?

Ella suspiró.

—Bien, Zayn es un agente del FBI. —Louis pensó que iba a contarle cualquier cosa, menos eso—. Cuando le contaste todo, puso a los federales a hacer lo suyo. Rodearon la casa vigilando los movimientos de Jason, no intervinieron en lo que sucedió dentro de la casa de Harry porque necesitaba seguirlo hasta su residencia. Apenas llegaron a la mansión, ellos cargaron tu cuerpo apenas reconocible con la intención de enterrarte vivo.

Louis tragó saliva, pero no sé atrevió a interrumpir.

—Los Federales entraron. —Ella continuó—. Gina también era una agente. Nos sacaron a todos, incluyéndote. Zayn volvió cuando los paramédicos te atendían. Me ayudó a sacarte de ahí, no podías ir a ningún hospital.

—¿Por qué no?

Ella lo miró y volvió a suspirar.

—Algunos hombres de Jason escaparon. Que esté en prisión no garantizaba tu seguridad. Tuvimos que "dejarte morir". —Louis parpadeó—. En lo que concierne al resto del mundo, estás muerto.

Louis la miró.

—Eso quiere decir... —Trató de encontrar la manera de decirlo en voz alta sin dudarlo. Parecía un sueño, y seguramente ya estaba muerto y estaba en una especie de limbo—. Soy libre.

Marina asintió.

—Tú también lo eres. —Louis no parecía emocionado en lo absoluto, pero tan sólo era la impresión de comprenderlo—. Todos lo somos.

—Así es, mi niño.

Y Louis sonrió junto a ella. Nada más, solo sus rostros siendo brillantes porque finalmente lo habían conseguido.

Entonces lo recordó, quería celebrar con alguien en particular y no estaba con él.

—¿Dónde está Harry? ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Está bien?

Marina volvió a su semblante serio.

—Él aún no está a salvo aquí. —Louis frunció el ceño confundido. ¿Acaso era eso posible? ¿Por qué habría de estar en peligro?—. Jason no era el único que lo quería muerto.

—No entiendo.

—Louis, fue el padre de Harry quien le pagó a Jason para que acabará con él. —Mariana dijo con un gran suspiro, tan solo porque era una costumbre que no podría abandonar—. Y no fue el único asesino que contrató. Los federales siguen buscando.

Gold Price |L. S.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora