Gold Price |L. S.|

13.

Cuando Harry llegó a casa, Louis percibió el tenue aroma de licor en su ropa. Ignoró la sensación inicial qu le dio cuando Harry le sonrió al verlo. Lo ayudó a terminar la cena entre conversaciones banales. Sin embargo, el semblante serio que Harry tuvo cuando entró no desaparecía por completo.

Louis pensó que quizá no debería decírselo, pero dadas las circunstancias era vital que Harry lo supiera. Literalmente.

Así que abordó el tema durante la cena.

—¿Confías mucho en él?

—¿Por qué estás tan interesado? —Harry lo miró con recelo pintando su rostro—. ¿Hay algo que necesite saber?

Louis se lo preguntó a sí mismo. Tal vez no era buena idea decirle a Harry directamente que su amigo y vicepresidente de su empresa era un traidor que probablemente quería matarlo y que Louis era quien debía efectuar el papel de verdugo.

Suspiró mirando en silencio a Harry, tratando de descifrar su reacción en cuánto se lo dijera. Tal vez confiaba demasiado en él pero Louis no puede culparse por eso, él se lo advirtió.

—Hace un tiempo, poco antes de salir del bar escuché una conversación de mi jefe con él.

Hary parpadeó atento.

—¿A qué te refieres? ¿Qué tipo de conversación?

El castaño miró el plato a medio terminar. Su apetito se había visto reducido desde temprano.

—Hablaban sobre armas. —Lo miró esperando una reacción. Harry se quedó en silencio con el entrecejo fruncido con una expresión pensativa.

—¿Cómo sabes que era él?

Louis se encogió de hombros.

—Puede que haya estado revisando la página de tu empresa y vi su nombre. Yo suelo ser bueno recordando nombres y rostros.

Harry miró su vaso vacío y decidió levantarse para llenarlo con whisky. Se quedó mirando su vaso, dándole la espalda a Louis durante lo que parecieron minutos eternos. Se giró y apoyó su peso en una pierna mientras el líquido de su vaso lanzaba al ritmo en que su mano se movía.

—Claro, porque es tu trabajo ¿no es así?

El tono frío con el que le habló sorprendió a Louis.

—¿Disculpa?

—Recordar nombres y rostros es importante para ti. —Tomó el contenido de su vaso de un sólo trago y continuó hablando—. Tienes que gritar el nombre correcto cuando te estén follando.

No era la primera vez que Louis escuchaba algo así. No sería la última seguramente. Pero que Harry se lo haya dicho, sí le dolió. No lo iba a admitir en voz alta. No dejaría que supiera lo mucho que lo afectó pero tampoco le iba a dar el placer de quedarse callado y escuchar más basura.

—Por supuesto, Harry. Es importante no equivocarme de cliente.

—¿Entonces es eso? ¿Te lo follaste y no te dio una buena propina y ahora quieres ponerme en su contra?

Louis no entendía cómo es que la conversación tomó ese rumbo. Se levantó de su asiento, tomó los platos y caminó hacia la cocina, ignorando las pisadas presurosas de Harry tras él.

Dejó los platos en el fregadero cuando sintió el cuerpo de Harry detrás, acorralándolo contra el mármol.

—Responde. —Susurró en su oreja. Louis pudo percibir claramente el aroma a alcohol. Harry había estado bebiendo desde antes de llegar a casa.