2.

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El escalofrío en su espalda baja era un recordatorio de lo mucho que detestaba hacerlo. No podía actuar de manera tan pedante y segura cuando le repugnaba el hecho de estar en aquel lugar. Sin embargo, el poder que emanaba su presencia no pasaba desapercibido para nadie. Se paseaba por los pasillos de la mansión que tanto había querido evitar desde hace ya dos años, sin mucho éxito cuando uno de los hombres de Mendes lo encontró en Nueva York y lo obligó a volver. Siendo cautivo una vez más pero con un estatus mayor que aquellas pobres almas en desgracia que le miraban entre las sombras con enojo y envidia. Añoraban la ropa que usaba, veneraban el suelo que pisaba y sobre todo, deseaban ser ellas quienes causen el temor de Jason con su desaparición.

Los zapatos del joven viudo retumbaban en el silencio ensordecedor en el que se veía sumida la mansión de muñecas, como solía llamarle su segundo esposo. Un viejo decrépito cuyo único interés en la vida luego de un habano y el dinero, era penetrar con su asqueroso miembro a cuánta jovencita se le pusiera en frente. Hasta que su pérfida mirada dio con Louis, vestido con un traje de lentejuelas doradas que casi no dejaba nada a la imaginación, bailando gustoso en El Diamante sólo para aquellos ojos que deseaban verlo. Aaron Smith encontró en Louis aquello que no podía encontrar en las demás jóvenes en las que se atrevía a poner sus asquerosas manos.

Su rostro angelical, su actitud sumisa pero su elocuente dialecto habían cautivado al anciano. Aaron se vio envuelto por los rollizos muslos del joven y no dudó en probar algo nuevo. La carne joven siempre siendo su platillo favorito y sin correr riesgo alguno de embarazos no deseados con los que manipularle, Smith se vio absorto por el joven de piel acaramelada. Y dispuesto a dar toda su fortuna a cambio, lo sacó de las garras de Mendes. De manera momentánea, claro.

Al término de su segundo mes como amante del magnate, Louis decidió que no podía seguir viviendo bajo la sombra de alguien una vez más. Sabía de los problemas de diabetes de Aaron, así que supo cómo acabarlo de manera silenciosa. Así que cambió las dosis de insulina. No sería letal en tan poco tiempo. Se sentía la peor persona al hacerlo, Louis no era un asesino. Pero se había cansado de aguantar los desplantes de una vida como la que él tenía.

Smith no dejó testamento y no tenía más familiares que una tía en segundo grado que estaba más cerca del final que el mismo Aaron, así que era obvio que sus bienes pasarían a manos de su cónyuge. Louis lo persuadió, durante su cena en Las Vegas —misma que le pagó a Jason para que permitiera—, de que firmara el acta de matrimonio. Tres meses antes de siquiera salir del poder de Mendes. Smith ni siquiera supo que estaba casado. Luego huyó con la esperanza de desaparecer del radar. Ser libre por una vez.

No funcionó.

Uno de los hombres de Jason pudo reconocerlo y lo regresó a la mansión, sin libertad y sin oro. Y en su cara Mendes le aseguró que nunca podría alejarse de él y que todo el dinero que consiga, se lo debía a él.

Decir que la rabia no fue el principal sentimiento que Louis albergó en su corazón por meses sería una mentira. Louis estaba colérico, malhumorado, enojado y triste. No obstante, la esperanza de ser libre nunca abandonó su corazón. Él no necesitaría de nadie para serlo, no dependería de nadie nunca más. Sólo quería vivir tranquilo en algún lugar retirado de la civilización y ver los días pasar acompañado de un perro al que llamaría Diamante porque ¿por qué no?

Sonrió para sí mismo tras el pensamiento. Su sonrisa no llegó hasta sus ojos, nunca lo hacía.

Escuchó los cuchicheos discretos entre las paredes. Nadie se atrevía a decirle nada, nunca. No desde que estuvo bajo la protección del Jefe. No cuando se convirtió en su mina de oro.

Louis había llegado a aquella casa cuando apenas era un niño. No sabía lo que sucedía a su alrededor pero las palabras de su madre diciéndole "Haz siempre lo que te digan, mi niño. Intenta sobrevivir" retumbaban en su cabeza. Así que eso hacía. Era muy obediente así como hermoso.

Gold Price |L. S.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora