Epílogo

693 63 43
                                        

—Ven conmigo esta noche, todas. —Le dijo el magnate—. Tendrás todo lo que quieras. Mi corazón embalsamado si lo deseas, Louis.

—No puedo tomar tu corazón. —Le dijo con una sonrisa el castaño.

— ¿Por qué no?

—Porque no puedo devolvértelo.

—No tienes que hacerlo. —Suspiró Harry mirándolo con aquel brillo en sus ojos que Louis odiaba muchas veces. — Por favor, déjame amarte.

Louis sonrió con ternura.

—Puedes hacerlo. —Louis dijo mordiendo su labio—. Pero recuerda que ya no me llamó Louis.

Harry rodó los ojos.

Esa noche iban a abandonar la isla. Louis no había querido volver, incluso había pensado olvidar a Harry. Después de todo, él sólo quería que estuviera a salvo y ya lo había comprobado. Además, Louis ya había muerto técnicamente. No pensaba que hubiera mucho qué él pudiera hacer si regresaba.

—De acuerdo, William. —Harry llamó su atención besando su sien—. Tan sólo ven conmigo. No tiene sentido que regrese si no lo haces.

—Yo tengo que desaparecer, Harry. Tú aún tienes tu vida. —Acarició su mejilla rozando aquella barba de varias semanas—. Yo debo encontrar qué hacer con la mía.

Harry sabía a lo que se refería. Louis necesitaba hacer aquello por su cuenta y él no podía impedirlo.

—¿Prometes que cuando estés listo vendrás a buscarme? —Harry lo miró buscando algún rastro de duda en su rostro, no lo había.

—Prometo que cuando sea el momento, te buscaré.

Harry quiso llorar pero no quería que su despedida fuese triste. Besó sus labios como muestra de cariño. Louis respondió con alegría, de la misma forma. Estuvieron compartiendo besos y caricias durante un largo rato, hasta que se detuvieron mirando a sus ojos apenas iluminados por la tenue luz de la lámpara.

—Dime ¿por qué si lo sabías no dijiste nada? —Él necesitaba respuestas que sólo Harry podía dárselas antes de irse.

Harry suspiró.

—Quería ver hasta donde podrían llegar. —Comenzó el magnate centrando su mirada en algún punto lejano, recordando cada momento desde que se enteró que su padre era un traidor—. Me enteré por casualidad que mi padre buscaba hundirme. No hice nada al respecto porque no tenía pruebas, luego de un tiempo contacté a algunos detectives y a los federales. Sus investigaciones me llevaron a Mendes. Y entonces apareciste tú.

Louis parpadeó no queriendo interrumpir.

—Cuando se trataba de ti, Jason era descuidado. Dejaba pistas, cabos sueltos y muchos rastros. —Harry acariciaba la muñeca de Louis con su pulgar de manera inconsciente mientras continuaba—. Entonces Connor desapareció y tú con su rastro. Continuamos desde ahí apenas avanzando. Los altos mandos siempre son tan podridos y corruptos que no podían soportar que se destaparan sus pecados.

Louis sabía a lo que se refería. Conoció a muchos funcionarios que habían jurado proteger a los ciudadanos mientras se revolcaban en montañas de dinero conseguido con la miseria de aquellos a quienes juraron proteger. Muchos de esos cerdos, estuvieron siempre rondando en Mansión.

—Aquella noche no pensé encontrarte una vez más. Sabía lo que había ahí y dejé que me convencieran, tal vez para entender por qué la gente prefería ignorar el sufrimiento ajeno por algo de placer. —Se encogió de hombros—. Nada de lo que sucedió después fue mi idea. Te conocí realmente y me enamoré.

Gold Price |L. S.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora