The Proposal. {h.s}

Capítulo 41.

Mierda, mierda y más mierda.

—¿Qué?— susurré alarmada y me senté cuidadosamente tratando de no despertar a Harry. —Oh Dios ¿qué hacen aquí?

—No sé.— Él también parecía alterado. —Solo me hablaron, yo estaba muy conmocionado como para preguntarle qué diablos hacen aquí, solo me dijeron que me llevarían a la casa y de pasada, venían a saludarte.

—Eso...eso no suena como algo que mi madre diría o haría. Ella nunca va a ningún sin avisar, odia las sorpresas.

Todavía me acuerdo cuando tenía ocho años y querían hacerle una sorpresa a ella llevándola a un lugar lindo con ayuda de los empleados de mi casa, pero fue en vano ya que ella se enteró y se enojó más al saber que era mi idea.

Ladeo la cabeza. —Tienes razón, seguro fue idea de tu padre.

—Eso suena más razonable.— Miré a Harry que todavía seguía durmiendo. Suspire cansada y volví a mirar a Austin. —¿Puedes dejarnos solos un momento? En un momento salgo.

—¿Y qué les digo a tus padres?— él estaba mucho más nervioso por mi madre. Siempre le tuvo miedo, pero con mi papá todo era diferente, lo aprecia mucho, mi mamá era el problema aquí, siempre tenía esa aura y mala vibra que hacía que él la temiera.

—Solo prepárale algo de comer. ¿Trajiste la cena?

—Si, pero solo para los dos o máximo alguien más. No para más de cinco personas.— Señalo a Harry.

—No sé. Hay unos vegetales y frutas en el refrigerador, puedes darle como aperitivos

—Bien, date prisa.— Cerró la puerta de mi habitación y yo agarre una almohada y la puse en mi rostro para callar el pequeño grito que quería hacer.

Observe a Harry, quien no se había levantado todavía, su rostro se veía cansado y parecía estar muy tranquilo en un posible sueño, hasta me daba pena despertarlo.

—Harry.— Moví su brazo suavemente. —Despierta.

Gruño levemente y trato de buscar algo para acurrucarse, cuando encontró mi cintura, me pegó a él haciendo que mi mejilla choque con su pecho.

—Oye.— Golpee su mejilla un poco más fuerte de lo que espere pero se despertó. —Ups.— Susurré riéndome.

—¿Qué pasa?— Su voz ronca siempre hacia que todos los pensamientos se esfumaran en solos segundos.

Sacudí mi cabeza. Concéntrate Rose.

—Hay un pequeñito problema.— Susurré y luego hizo una mueca.

—¿Qué paso ahora?— Sus ojos se volvieron a cerrar y por las leves caricias que me daba en mi cintura, sabía que estaba despierto.

—Yo...uh...hay alguien...— Balbucee. Los dedos de Harry hacían pequeños círculos en la piel de mi cintura, lo que ocasionaba que mi piel se erizará y perdiera el hilo de la conversación. Carraspee la garganta y me senté, alejando cualquier tacto de Harry en mi piel.

Él frunció el ceño y ahora si abrió los ojos.