Capítulo 17.

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Rose.


Estos días han sido los más difíciles de toda mi vida. Ir a la casa de Harry a escondidas cuando él se fue con Ángela y entrar a su casa con la llave que yo tengo para dejar sus cosas que había dejado en la casa de mis padres, fue lo más humillante que he hecho. Lo bueno es que él no se dio cuenta que me fui en horas de trabajo y tampoco me dijo nada al día siguiente. No esperaba ninguna respuesta de él, pero tenía una leve esperanza de que sí. Estos últimos tres días lo he pasado ignorando cada momento que él quiere hablar conmigo con algo más serio que trabajo aunque Harry dejo de intentarlo al segundo día cuando se dio cuenta que tiene muchas cosas que hacer por la empresa. No soy tan mala con él al darme cuenta que estaba muy estresado y sin decir una palabra le dejaba una taza de café o té en su escritorio, a veces no se daba cuenta de lo concentrado que estaba pero había veces donde solo me quedaba mirando como si quiera decir algo pero no se atreve.

Hoy es jueves, él me pidió que si me podía quedar con él un rato más para cosas exclusivas del trabajo, dijo que necesita mi ayuda urgente y que es necesaria mi presencia. Hasta mi ofreció pagarme por las horas extras pero yo me negué diciéndole que no era necesario porque yo igual lo ayudaría. Ahora el problema es que tengo que pasar más horas a su lado cuando yo realmente no quiero verlo, apenas lo soporto en las horas de trabajo como para estar más tiempo junto a él. Cuando vi mi reloj, era la hora que normalmente salía y me alistaba para tomar el bus o me iba con Selena si ella podía llevarme. Miré con mucha nostalgia como mis demás compañeros salían y se despedían felices de que otro día haya acabado.

Suspiré cansada y con todo lo necesario para trabajar, entre a la oficina de Harry. Él seguía trabajando, no había salido de ese lugar en todo el día y apenas comió la comida que me pidió.


—Oh Rose, ya estás aquí. — habló y me dio varios documentos de miles de páginas. —Toma, lee.

—¿Qué son?— Pregunté agarrando los documentos y poniéndolo en ni regazo.

—Son los últimos libros que han llegado, con todo lo que tengo que hacer por la empresa, ni los he leído y menos he podido hacer mi trabajo. Quiero que me ayudes con esto, por favor.

—Quiere que yo...¿lea esto?— no podía creerlo. —¿Cómo una...editora?


El me miro y una esquina de su boca se elevó. Se estaba burlando de mi reacción.


—Si ¿Crees que puedas hacer eso?— Alzo una ceja.

—Claro. — ni siquiera lo dude.


Ya no me sentía tan abatida porque tenía que quedarme con Harry, me estaba emocionando porque ahora estaba haciendo el trabajo que siempre quise. Me encantaba leer todos eso libros y me emocionaba saber que lo estaba leyendo y que si a mí me parecía bien y agradable para el público, se publicaría. Harry no tenía que enseñarme que hacer porque yo ya sabía todos los pasos, los había aprendido viéndolo a él y en la universidad en algunas prácticas que tuve. Ella sencillo, lo único que tenia que hacer es leer los primeros capítulos, algunos del medio y el final. Ya estaba leyendo como cinco libros y a tres de ellos le había dado mi visto bueno y los dos que quedaron, le faltaba mucho para editarlos. Mi espalda y mi trasero me empezaron a dolor porque había estado mucho tiempo sentada. Me paré y empecé a caminar por la oficina para hacer un poco de ejercicios con mis piernas.


—¿Qué haces?— escuche la voz de Harry, estaba tan concentrado que no me di cuenta que me estaba viendo.

The Proposal. {h.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora