Capítulo 27.

48.2K 2.5K 411
                                    

—¡De eso estaba hablando!— Aplaudió Selena riendo después de que le dije lo que le había dicho a Harry en su oficina esta mañana.

—Ya basta, me estas avergonzando.— Murmure mirando a la gente en nuestro alrededor.


Estábamos en el restaurante dónde Austin trabajaba, hoy era el día de la inauguración y si no fuera por él, no estaríamos sentadas aquí en una mesa que fue reservada solo para nosotras. Mucha gente sofisticada estaba aquí y nosotras estábamos con la misma ropa de que acabábamos de salir del trabajo aunque no estábamos tan mal, las dos llevábamos faldas tubo color negra con la única diferencia es que yo llevaba una blusa color rosa pálido y ella una blusa color verde oscuro. Las dos nos veíamos presentables y eso era lo único que importaba.


—Solo estoy dejando claro lo orgullosa que estoy de ti.— Sonrió y yo rodé los ojos.

—No es para tanto.— Le di un sorbo a la copa de vino tinto que había en la mesa.

—Oh, si lo es. Esto es algo grande, algo que espere que hagas desde que él se fue de esa maldita cama en New York.


Sentí una presión en mi pecho y apreté los labios.


—No era necesario agregar ese detalle ahora, pero haré como si no lo hubiera escuchado.

—Mierda, lo siento.— Hizo una mueca.

—No importa.— Sonreí. —Tienes razón, debí hacerlo hace tiempo.


Ella me sonrió pero en sus ojos podía ver un poco de culpa por sacar ese tema, no deje que eso nos afecte y seguimos hablando. Fuimos interrumpidas cuando Austin se nos acercó con su uniforme de chef, estaba sonriendo mientras llevaba arrastraba una mesa con rueditas y encima una pequeña parrilla. Lo que me gustaba de este nuevo restaurante, era que había varios chef, uno para cada mesa y ellos podían cocinar lo que la gente les apetecía y ver como estaban preparándolo.


—Bueno, aquí estoy para servirles.— Sonrió.


Yo no tenía que presentarle a Selena porque ayer cuando fui a recogerlo desde el restaurante, estaba con Selena y ellos se conocieron por primera vez.


—Cuidado, niño, que puedo tomar eso como otra cosa.— Murmuro Selena con un toque de coqueteo en su voz. Sonreía descaradamente mientras examinaba el menú.


Trate de no reírme al ver el sonrojo en las mejillas de mi amigo, aunque ella parecía una adolescente por ser pequeña, estaba a punto de cumplir los temidos treinta. Austin tartamudo un poco al principio por el comentario de mi amiga pero al final pude decirnos el especial del día, nos explicó lo que iba hacer y lo que contenía. Las dos aceptamos en comer lo mismo y él empezó a cocinar. Ninguna de las dos hablamos en ese momento ya que estábamos tan entumecidas mirando como movía sus manos ágilmente en cortar, sazonar el pollo y luego ponerlo en la parrilla. Alejamos un poco la cabeza al ver como salpicaba un poco el aceite. Austin se rio de nosotras pero empezó a preparar la ensalada. Era una ensalada rara, tenía casi todos los vegetales y le puso trozos de pollo y aceite de oliva. Lo removió con dos espátulas y luego lo puso en un plato. Se lo entregó a Selena.


—Gracias, guapo.— Le guiño el ojo y otra vez vimos el sonrojo de Austin pero no dijo nada y empezó hacer la misma ensalada solo que en la mía no le puso zanahoria. Sonreí cuando me entregó el plato.

The Proposal. {h.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora