Capítulo 51.

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Todo el color de mi cara, se dreno. Sentí que me mareaba y que la habitación empezó a girar. Él tenía las manos en su bolsillo y se acercó a paso lento hasta llegar lo suficientemente cerca para que nuestros pechos se toquen.


—Te pregunté si te gustaron las rosas, Rose. ¿Por qué no me respondes?


Tome una gran bocanada de aire y me cruce de brazos al darme cuenta que estaban temblando mis manos.


—¿Siempre fuiste tú?— murmure.


Él sonrió, tenía una bonita, siempre la tuvo. Antes, cuando salíamos, me encantaba verlo sonreír. Ahora solo se me erizaba la piel y no por una buena razón.


—¿Por qué no nos sentamos?— señaló la mesa donde hace unos minutos yo me levanté.

—Bien.


Los dos nos sentamos y la mesera vino con mi café que había pedido antes. Brian pidió otro café con una hamburguesa y papas fritas. Quería que hable ahora, que me diga todas sus razones pero empezó a revisar su teléfono y reirá por alguna extraña razón. Me quede observándolo todo este tiempo. Sabía que él había estado deprimido luego que yo termine con él hace unos meses. ¡Pero nunca pensé que sería capaz de llegar a ser un total psicópata!


—¿Puedes dejar de ver tu maldito celular y hablarme?— pregunté fastidiada de su actitud.


Alzo la vista de su celular y me dio una pequeña sonrisa.


—Tranquila Rose, tenemos tiempo.— Guardo su celular y me miro expectante. —¿Qué quieres saber?

—¿Por qué?— eso respondería todo.

—¿De qué hablas?

—Tú sabes de lo que hablo.— Hable entre dientes porque no quería que los demás comensales me escuchen. —¿Por qué me has estado enviado rosas las últimas semanas?

—Pensé que te gustaban.— Frunció el ceño confundido. —A las mujeres les gustan cuando los hombres hacen eso ¿no?


¡No cuando eso se vuelve molestoso y algo acosador!


Me aclaré la garganta. —Fue un lindo gesto...al principio.— Trate de aligerar el ambiente. —Pero quiero saber por qué lo hiciste.

—Porque sé que te gustan los detalles. Estuve contigo por cuatro meses y siete días, Rose. ¿Crees que no te conozco?


No lo suficiente mi amigo. Si realmente me hubieras conocido, sabrías que odio las rosas y prefiero los tulipanes.


—Brian ¿Qué tratabas de conseguir con eso?

—Te quiero de vuelta.— Me agarro la mano sonriendo.

Reí. —Es algo lindo pero yo realmente...quiero seguir soltera, por algún tiempo.— Trate de soltar su mano pero él apretó su agarre.

—Eres una mentirosa.— Su sonrisa se borró de inmediato. —Te estas follando al maldito de tu jefe.

The Proposal. {h.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora