The Proposal. {h.s}

Capítulo 1.

— Rose, necesito el informe de las últimas ventas en estos días, por favor. Lo quiero en mi escritorio lo más pronto posible. —Escuche voz ronca de mi jefe y vi que me miraba expectante a mi respuesta.

— Sí, señor. — Respondí lo más amable posible. Él asintió con la cabeza y camino por el pasillo.

Mire como sus largas piernas se movían, mi mirada fue subiendo hasta su grande espalda y la manera en la que sus rizos se movían al momento de mover su cabeza y saludar a un empleado.

El sonido del teléfono sonando me saco de mi admiración.

— Oficina de Harry Styles — fue lo primero que dije al atender el teléfono.

— Que sexy suena tu voz cuando hablas así.

Abrí mucho mis ojos y mire a los lados para verificar que nadie lo haya escuchado aunque sea por el teléfono.

— Brian. — Hable entre dientes —¿Cómo has conseguido el número de dónde trabajo?

— Eso no importa, nena. Solo quería hablar contigo.

Suspire. —Te he dicho que ya no me llames, tú y yo terminamos hace tiempo, así que deja de perseguirme, psicópata— colgué.

— Eso sí es una gran pelea— me tensé al escuchar la voz de mi jefe detrás de mí. Volteé a verlo y sonreía con autosuficiencia.

— Yo...yo lo siento, señor. No sé cómo consiguió este número, no volverá a suceder. Lo prometo.

— No tienes que prometerme nada, Rose. Al fin y al cabo, es tu vida privada y debo de admitir que las mujeres también llaman a mi celular y no tengo la menor idea de como consiguen mi número.

Me quede mirándolo sin saber que decir a eso. No quería faltarle el respeto a mi jefe.

— Bueno...— se veía un poco incómodo ahora — ¿Tienes el informe?

— Oh, sí. — Agarre el folder que estaba en mi escritorio —Aquí tiene —sonreí para romper ese momento incómodo entre los dos.

— Gracias— sonrió y fue directo a su oficina.

Solté el aire que no sabía que estaba conteniendo y seguí trabajando lo más rápido posible para salir a almorzar temprano. El sonido de unos tacones me sacó de mi concentración y de pronto apareció una pelirroja despampanante caminando con la barbilla alzada por todo el pasillo. Se paró al frente de mi escritorio y me miro con desprecio.

— ¿Dónde está Harry?— Su chillona voz casi rompe mis tímpanos.

Forcé una sonrisa —Hola, Srta. Ángela. El señor Styles está en su oficina ¿Quiere que le diga que está usted aquí?

— Claro ¿No es obvio?

Ignoré su comentario agresivo, le dedique la sonrisa más amable que podía darle y agarre el teléfono para comunicarme con mi jefe, él contesto a la primera timbrada.

— ¿Qué pasó? — su voz era fría como siempre.

— Su novia está aquí, quiere verlo.