Abriendo el corazón

1.6K 101 188
                                    

Nota: Este capítulo lo tenía planeado para la semana entrante, no tenía nada escrito a causa de las tareas que debo entregar este domingo, ayer intenté hacerla, un ensayo de tres páginas sobre la política exterior de México, no pude ni escribir el título 😂😂😂 me estrese y fue cuando decidí que me pondría a escribirles este capítulo, además, no podía dejarlas con la incertidumbre de saber qué sucedería en Okinawa con nuestros protagonistas. En fin, espero que lo disfruten, las amo ❤️❤️❤️

Capítulo 23

Rin

Llegamos al aeropuerto y seguía siendo completamente ignorada por Sesshōmaru, había pasado de sentirme muy triste a estar demasiado molesta. El señor Jaken se estaba ocupando de bajar las maletas mientras yo todo el tiempo tuve el bolso donde el pequeño Yako se mantenía dormido.

Caminamos hasta entrar a una pequeña sala privada, no sabía que tantos beneficios tenían los millonarios hasta ese día cuando entramos y me di cuenta de cómo nos atendieron los empleados del aeropuerto. En la salita ya estaban Kag con Inu quien la tenía recargada en su hombro mientras ella dormitaba, al otro extremo Sango y Miroku veían algunos folletos sobre todo lo que podían hacer una vez que estuviéramos en Okinawa y, por último, el señor Tōga y la señora Izayoi esperaban sentados hasta que pudiéramos abordar el avión.

-Me alegra que hayan aceptado acompañarnos- nos dijo la madre de Inu cuando nos acercamos a saludar.
-Muchas gracias por habernos invitado- respondí con una sonrisa un tanto fingida pues, sinceramente tenía un sabor amargo en la boca que no me dejaba estar bien.
-Partiremos en media hora aproximadamente- agregó el señor Taishō -tomen asiento, le diré a una de las chicas que les lleven un café-
-¿Y ese cachorrito?- preguntó emocionada la señora Izayoi.
-Es Yako- contesté levantando el bolso para que lo viera bien.
-Que hermosura de animalito, no sabía que tenías una mascota- dijo mientras lo observaba atenta.
-Lo acabo de adoptar, lo encontramos en un parque, estaba algo lastimado y pues, no tuve corazón para dejarlo allí-
-Vaya, vaya, hijo- habló el padre de Sesshōmaru poniéndole una mano en su hombro -¿Qué no se supone que eres aler...?- Sesshōmaru se zafó de su agarre disimuladamente interrumpiendo con una mirada amenazante para que su padre no terminara la frase.
-Iremos a sentarnos- espetó de pronto haciéndome solo una seña con la cabeza para que lo siguiera.

Nos sentamos cerca de la puerta de entrada, en completo silencio, ignorandonos mutuamente aunque estoy segura que esa situación me afectaba más a mi que a él.

No había pasado mucho tiempo hasta que la puerta se abrió, pensé que sería alguien del personal para avisarnos que ya podíamos abordar pero no fue así, quien entró en ese momento fue Irasue Yōkai, mi suegra, cuando Sesshōmaru la vio torció los ojos poniéndolos en blanco con los dientes apretados.

-¡No me lo puedo creer!- dijo riendo un poco -el amargado de mi hijo viene de vacaciones con nosotros, esto sí que es un milagro- Él solo se limitó a mirarla con furia en los ojos pero su madre ni siquiera se inmutó -Claro, de seguro la niña te convenció- refiriéndose a mi -Bueno pero si hasta un perro has adoptado, no, no, no, no, mañana seguramente volarán los cerdos- la señora Irasue se veía muy divertida molestando a su hijo, lo cual en ese momento consideré la peor idea porque de por sí él ya iba con un genio de los mil demonios -me alegra volver a verte, Rin, espero que podamos conocernos más estos días-
-Por supuesto que sí, señora, es un placer volver a verla- me puse de pie inmediatamente e hice una reverencia.
-¡Ay ya déjalos tranquilos, mujer, ven a saludar a los demás- el señor Tōga se acercó a ella y la jaló para llevársela junto a su actual esposa y, sin vergüenza alguna, se saludaron con un pequeño beso en los labios.

Los minutos transcurrieron y mi nerviosismo iba en aumento, pero no podía ni quería decirle nada a Sesshōmaru, si él me estaba ignorando entonces yo haría lo mismo. Al poco rato un empleado del aeropuerto entró para avisar nos que todo estaba listo y que podíamos abordar el avión en el momento que quisiéramos, mi suegro nos guió a todos siendo el maravilloso anfitrión que siempre es.

Un seductor enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora