¿Amar o ser amada?

2.4K 108 38
                                    

Nota: Esta semana he tardado más en publicar este capítulo, estoy en la última semana de tareas antes de las vacaciones, pero eso me estresa aún más ya que tengo más cosas que hacer y leer y cuando quiero retomar la escritura ya no tengo cabeza para hacerlo, la inspiración desaparece, aún así me esfuerzo por escribir algo que sea de su agrado.
En otra orden de ideas, he decidido que para fines de un mejor desarrollo de la historia, voy a involucrarme como narradora, de esta manera los demás personajes tendrán una mejor intervención y desarrollo.
Eso era todo lo que quería comentar, espero que disfruten, aquí tienen el cuarto capítulo.

Capítulo 4

Narradora

Rin y Sesshōmaru se despedían aquel día lunes para ocuparse de sus respectivas responsabilidades, por un lado ella debía seguir con su día a día en el spa, él debía alistarse para llegar a tiempo al aeropuerto, se enfrentaría a un tedioso viaje de casi 13 horas hasta Italia seguido de una semana extenuante en donde debía supervisar la construcción del enorme centro comercial que un magnate italiano había confiado a la constructora japonesa Taishō.

Sería uno de esos proyectos ambiciosos que dejaría jugosas ganancias a ambas partes. El papel de Sesshōmaru en aquel país europeo era muy simple, debía revisar a detalle cada reporte de los ingenieros que hicieron diversos estudios a la zona en donde sería construido aquel centro comercial, por otro lado también debía reunirse con Filippo Eboli, quien había encargado dicha construcción, un hombre con mucho dinero, dueño de de su propia marca de ropa, joyería, perfumería entre otras cosas, un hombre que amaba la opulencia y sabía que en el mundo no había mejor opción que la constructora Taishō para hacer realidad sus exagerados deseos.

Una construcción que se llevaría bastante tiempo en verse finalizada pero las ganancias, las ganancias sí que valían la pena el sacrificio de ese viaje.

                      _______________

Rin

No imaginaba cuánto trabajo iba a costarme despedirme de Sesshōmaru, por increíble que parezca, siento que ya lo extraño, pero en fin, debo continuar con mi vida, aún me siento insegura con respecto a esta relación si es que así se le puede llamar, prefiero olvidarme de él por un rato y no imaginarme que pueda verme la cara de idiota y en cuanto llegue a Italia, se revuelque con cuanta mujer se le ofrezca.

Entrando al departamento me alegré al ver que Kagome y Sango no habían llegado aún, creo que he logrado salir victoriosa de ser descubierta, no quiero que ninguno de mis amigos se entere de esto, no todavía, lo sabrán a su debido tiempo, al menos hasta estar segura de que esto va enserio. Me sentía cansada, el cuerpo me dolía ya ni recuerdo cuándo fue la última vez que había estado con un hombre, no sé porque pero me era muy difícil tener intimidad con alguien, mi primera vez fue traumática, parecía una tonta llorando, asusté al pobre chico que salía conmigo en ese entonces, ni yo misma me explicaba la reacción que tuve, fue triste tener que dejar de verlo, él quería seguir conmigo pero… hubo un rechazo de mi parte después de eso, las siguientes veces no fueron tan distintas, siempre entraba en pánico, por eso dejé eso de lado por un tiempo y me enfoqué en la escuela y posteriormente en el trabajo.

Por algún motivo que desconozco, con Sesshōmaru fue distinto, no tuve miedo, al contrario, me sentí confiada y protegida y hasta ahora no hay arrepentimiento de nada, me siento feliz, siento como si cada paso fuera encima de suaves nubes blancas y esponjosas, ¿Estaré enamorada?.

Después de tomar una siesta y preparar las cosas que debía llevar al spa, escuché ruido en la estancia, supuse que las chicas al fin habían llegado, me levanté de la cama, arreglé mi cabello y salí para recibirlas, en efecto, Kagome fue la primera en llegar…

Un seductor enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora